Hay muchas cosas valiosas que podemos dar: tiempo, ayuda, compañía, recursos, palabras. Pero hay un regalo que está por encima de todos. Ese regalo es Jesús 

Porque si entrego todo, pero no entrego a Jesús, nada de lo demás tiene sentido. 

¿Qué gana alguien que recibe dinero, pero sigue vacío por dentro? 

¿Qué gana alguien que tiene amistades, pero no conoce al Salvador? 

¿Qué gana alguien que logra todo, pero no tiene la vida eterna? 

Tú y yo tenemos en nuestras manos lo que el oro y la plata no pueden comprar, el perdón de los pecados y la esperanza de una vida nueva, y si no somos conscientes de eso, podemos pasar la vida entera dando muchas cosas… pero sin dar lo esencial. 

No olvidemos lo que dice 1 Corintios 13:3 “Si repartiere todos mis vienes a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo pero no tengo el amor de Dios, nada soy” Así que no tengamos miedo de hablar de Jesús. No temamos compartir lo que Él hizo en nosotros, porque cuando damos a Jesús, lo damos todo, y quien tiene a Cristo, no necesita nada más.