A lo largo de nuestra vida conocemos a varias personas, viejos, jóvenes, niños, hombres y mujeres con habilidades y talentos únicos. Cantar, bailar, tocar algún instrumento, escribir, pintar, sea cual sea el talento, tú tienes uno. Muchas veces es difícil reconocerlo, practicarlo y compartirlo. Probablemente no lo sabes y andas por ahí tratando de descubrir para qué eres bueno. Pero no te preocupes, Dios lo sabe pues Él te pensó mucho antes que vinieras a este mundo. No tenemos la fórmula exacta pero las siguientes preguntas te ayudarán a identificar de mejor manera el o los talentos que tienes.
- ¿Qué te gusta hacer?
- ¿Eres bueno en lo que haces?
- ¿Te ayuda a servir a los demás?
Cuando aceptas a Jesús en tu corazón , Él te ofrece más allá de talentos, te da dones que sirven para unir más a la iglesia, a tu comunidad y a tu familia en la fe. Algunos de ellos son el servicio, la fe, el animar a otros, la enseñanza, generosidad, entre otros. Puedes leer más en 1 Corintios 12 y Romanos 12.
Recuerda que Dios te hizo con un propósito: ser como Jesús, predicar sobre él y amar a los demás. Para esto tus dones son de gran utilidad, pues te ayudarán a hablar sobre Jesús a otras personas.
Finalmente, todo lo que hagas o dejes de hacer tiene que ser para que Jesús brille y tu decrezcas, porque de otra manera solamente servirá para alimentar tu ego de manera temporal.
