Jesús y la obediencia verdadera

«¿Se complace el Señor en los sacrificios como en que se obedezcan sus palabras? La obediencia es mucho mejor que los sacrificios.» — 1 Samuel 15:22

«¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!» Estas eran las palabras que la multitud gritaba cuando Jesús entraba en Jerusalén, iniciando la Semana Santa. Sin embargo, en el relato bíblico, vemos que Jesús no se impresiona por estos elogios. Al contrario, su siguiente acto es entrar en el templo y expulsar a quienes compraban y vendían allí.

La actitud de Jesús ante esas hermosas palabras fue de tristeza, sabía que sus corazones realmente no lo amaban. Lo demostraron al comerciar en el templo sin importarles que las Escrituras decían que su casa era un lugar de oración.

Dios no busca palabras hermosas ni sacrificios vacíos, como los gritos de «¡Hosanna!» de aquella multitud. Dios busca que nuestras vidas reflejen obediencia, desde lo más pequeño hasta lo más grande. Cuando nuestro mayor anhelo es obedecerle, entonces nuestras palabras de alabanza cobran sentido.

Esta Semana Santa, puedes unirte a muchos que recuerdan y alaban a Jesús. Pero pregúntate ¿es mi vida un acto constante de adoración o solo son palabras bonitas? Recuerda que Jesús busca obediencia, no sacrificios.