Formas de gastar menos en alimentos en tiempos de inflación (y comer bien al mismo tiempo)

2022-05-25T12:27:04-05:0026 mayo, 22|

Una familia promedio latinoamericana gasta en comida entre el 25% y el 40% de su presupuesto mensual, de acuerdo a cifras oficiales de cada país. Los sectores más pobres destinan todavía un porcentaje mayor.

América Latina es la región donde es más caro comer de forma saludable en el planeta junto con África, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés).

  1. Cocinar

Tal vez sea la más obvia, pero es esencial. Comprar comida afuera, en la calle o en un comercio, es muchas veces lo más rápido, pero no lo más conveniente para el bolsillo.

  1. Comer lo justo

Un alto porcentaje de las personas come más cantidad de alimentos que la que exige el organismo.

  • Reducir las porciones que nos servimos a las cantidades recomendadas para el funcionamiento humano ayuda al bolsillo y, al mismo tiempo, a sentirnos mejor físicamente.
  1. Cambiar de recetas

Una comida balanceada debería estar compuesta por una mitad de frutas y verduras, un cuarto de proteínas y el otro cuarto de carbohidratos, afirma Araujo.

  • En el grupo de las proteínas se encuentran la carne de res y de cerdo, pollo, pescado, leche, quesos, huevos, frijoles, lentejas y guisantes.
  • La carne de cerdo es la que, en general, subió menos de precio en los últimos 12 meses en América Latina, mientras que el pollo y el pescado acompañaron la suba general, que fue menor al encarecimiento de la carne bovina.
  1. Buscar de temporada

Las frutas y verduras son intercambiables entre sí; lo importante es variar entre ellas.

  • “Aportan fibra, vitaminas y minerales que son muy difíciles de encontrar en otros alimentos”, dice Balbanian.
  • Para achicar el costo de la alimentación, lo que aconsejan los expertos es comprar los productos de temporada o estación, dependiendo del país y su clima.
  • Intentar comer tomate fuera de temporada hace que sean más caros porque quienes los venden han recurrido a cadenas de frío para conservarlos durante meses o que los produzca en invernaderos, ambos sistemas que encarecen los alimentos.

Por el contrario, en temporada se encuentran los productos en abundancia, a precios bajos, y es cuando están más gustosos y nutritivos.