Catorce años de diagnósticos, cuentas, cansancio y preguntas. En el punto más oscuro, Lorena Escobar de Lombeida y su familia eligieron adorar y rendir a su hijo en manos de Dios. Hoy, Juan Daniel está sano y pleno: un milagro caminando que recuerda que el sufrimiento también forma, prepara y revela propósito.