Diciembre es un mes lleno de luces. Las calles brillan, los hogares se adornan y todo parece resplandecer. Pero, entre tantas luces externas, hay corazones que aún viven en la oscuridad, porque no han encontrado la verdadera luz.

En el principio, cuando todo era caos y vacío, el Dios Creador, Elohim, habló y dijo: “Sea la luz.”

Y la luz apareció.

Ese fue el primer acto de creación y también el primer acto de esperanza: la voz de Dios trayendo orden donde solo había confusión.

Siglos después, ese mismo Elohim volvió a hablar, pero esta vez en forma humana.

El Dios que creó la luz vino a ser la Luz del mundo.

El mismo que dio orden al universo vino a dar dirección a nuestras vidas desordenadas.

Porque Elohim, el Creador eterno, sigue creando hoy: transforma nuestra oscuridad en claridad y nuestro vacío en plenitud.

Esta Navidad, deja que Elohim vuelva a decir “Sea la luz” sobre tu corazón.

Porque la verdadera luz no está en lo que brilla afuera, sino en quien habita dentro de nuestras vidas.