Carmela Ochoa no era tan solvente como para comprar un radio en 1932, así que se las arregló para que le prestaran uno en una tienda local, luego pidió prestado otro a un segundo comerciante, y luego a un tercero. Carmela fue una de las primeras personas en llamar a HCJB. Un misionero fue a su casa y le entregó un Nuevo Testamento.

Varios años más tarde, Carmela escuchaba HCJB cuando oyó un mensaje de Reuben Larson que conmovió su corazón, así que fue a una librería evangélica y allí conoció, por casualidad, a D.S. Clark quién la condujo al Señor. Después, Carmela se enteró de que HCJB buscaba a alguien para hacer programas en Kichwa. Cuando era niña, Carmela había aprendido a hablar en Kichwa con los trabajadores de la hacienda de sus padres.

En 1941, casi una década después de haber oído el evangelio en HCJB, Carmela empezó a compartir semanalmente su nueva fe a través de programas en Kichwa de HCJB.