La estación necesitaba torres para sostener la antena de radio, pero ¿cómo construirlas? Clarence Jones y Eric Williams solucionaron el problema pidiendo dos largos postes, a la Compañía Eléctrica Quito. Llegaron los 2 postes de eucalipto de 85 pies a la Quinta Corston, se los clavó a 200 pies de distancia entre ellos, se ató unas poleas a las puntas para levantarlos y se los colocó en su sitio.

Sin embargo, en la prisa, no habían pensado en la forma en la que iban a ubicar la antena sobre la punta de esos enormes postes de 85 pies de altura.

Pedro, el hijo de jardinero les ofreció una solución. Por un sucre, se puso una soga entre los dientes y trepó a la punta de cada uno de los postes; deslizó la soga entre las poleas consiguiendo que el simple alambre que era la antena se levantara por el aire.