Cuando enfrentamos situaciones inesperadas, nuestra mente busca desesperadamente respuestas, creyendo que encontrarlas nos traerá paz. Sin embargo, esa paz suele ser momentánea, porque no importa cuánto lo intentemos, nunca podremos saber con certeza qué nos depara el futuro. Este constante anhelo de control puede convertirse en un «exceso de futuro» que nos desgasta.

Hoy, reflexionemos sobre esto y permitámonos el desafío de encontrar verdadera paz en el presente, confiando en que cada día tiene su propósito.