Seamos justas con nuestros hijos
La llegada del hermanit@ es un regalo, es el complemento para la familia
La equidad o justicia entre los hermanos es algo que tenemos que aprender nosotras primero, porque no es un conocimiento que se adquiere con anticipación, va a depender de la personalidad con la que cada hijo o hija tiene desde su concepción. En este camino de aprendizaje debemos considerar algunos consejos que nos pueden ayudar a tener un ambiente justo en casa.
- Cuando hay desacuerdos por cosas pequeñas ¿cómo ser justo? No debemos hacernos al lado del más pequeño, porque puede ser que nos equivoquemos, ya que la personalidad del segundo hijo es diferente. Lo que funciona muy bien es pedirles que ellos conversen y se pongan de acuerdo, así también desarrollan habilidades de negociación. Por su puesto que nosotras debemos estar presentes para apoyar o corregir su decisión.
- Es importante que los niños sepan que está bien no estar de acuerdo todo el tiempo, no siempre vamos a ver la película que yo quería, o el juego que a mí me gusta, esto es parte de la convivencia, y tenemos la oportunidad de hablar sobre la actitud cuando no pasa lo que yo quiero. Debemos tener cuidado en el peso de dejamos sobre el hermano mayor para que luego no sea una carga pesada que tiene que llevar. No por ser el hermano mayor, tiene que ceder a todo o tiene ciertos privilegios. Te comparto esto porque soy hermana mayor.
- Cada niño tiene un propósito por el cual Dios lo creó y es importante que apoyemos sus anhelos, sus talentos, tanto al primero, como al segundo o al tercer hijo de manera equitativa.
- A medida que los niños van creciendo, debemos delegar en ellos responsabilidades (de acuerdo a su edad) para apoyar las tareas del hogar, sin embargo, creo que puede ser de apoyo el que se puedan turnar las obligaciones que tiene cada uno, de esta manera, se reparten las actividades y evitas que parezca favoritismo.
- Aunque los hermanos menores pueden heredar la ropa o juguetes del hermano mayor, no siempre debe ser así, porque podemos acostumbrarles a que va a recibir todo lo usado. En este sentido, el crear tradiciones en casa te ayudará a desarrollar un ambiente justo. Por ejemplo, en los cumpleaños: que haya un pastel, una película o su comida favorita, para cada hijo.
Las diferencias entre nuestros hijos son saludables, no debemos verlo como un problema, más bien como una oportunidad de que podamos crecer como madres y que podemos promover un ambiente de justicia y amor. Siempre recuerda esto: un hijo, exige de nosotros como madres un nivel de dependencia de Dios único, dos hijos, exige doble dependencia.
Manuela Dávila
Radio HCJB