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31 01, 2021

Caminar puede ser una experiencia íntima

2021-01-31T10:04:03-05:0031 enero, 21|

Mucha gente está caminando más estos días. Es una buena forma de escapar del encierro en casa, debido al Covid-19 y hacer un poco de ejercicio. Se está convirtiendo rápidamente en la oportunidad de conocer a los vecinos.

Solo ha sido en los últimos cien años que caminar no ha sido la forma principal de transporte. Con la producción en masa de automóviles, nos volvimos más dependientes de los vehículos. Los horarios se hicieron más estrictos porque podíamos ir de «aquí» a «allí» más rápido. Se pueden hacer más cosas en un día. Cuanto menos caminamos, más acelerado es el ritmo de vida.

Aparte de los evidentes riesgos para la salud que implica el no caminar (o hacer ejercicio en general), el ritmo acelerado en el que vivimos, presenta nuevos peligros. La ráfaga del viento creado por la vida que se mueve a la velocidad de la autopista puede desensibilizarnos de la suave brisa de la renovación. ¡Esta cosa de volver a caminar es buena para nosotros!

Nuestra relación con Dios a menudo se la considera como un caminar.

A los israelitas después del Éxodo, Dios les dijo: Viviré entre ustedes y no los despreciaré. Caminaré entre ustedes; seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. (Levítico 26: 11-12 NTV)

Los Salmos hablan de caminar a través de la sombra de la muerte (23: 4), caminar con integridad (26:11), caminar en la verdad (86:11) y la bendición de caminar con Dios (119: 1).

En el Nuevo Testamento, caminar con Dios se refiere a nuestra relación reconciliada con Él (Ro. 6: 4), que caminamos por fe y no por vista (2 Cor. 5: 7), que Dios ha preparado caminos para que caminemos. (Efesios 2:10). Debemos caminar en amor (Efesios 5: 2), caminar en la luz de Dios (1 Juan 1: 6), y que algún día todas las naciones caminarán en la luz del Reino de Dios (Apocalipsis 21:24).

Caminar puede ser una experiencia íntima.

Al caminar con otra persona, no se necesita mucho tiempo para que comience una conversación. De alguna manera, caminar juntos crea un vínculo de amistad, proporciona un entorno para escuchar y animarnos, y nos ayuda a compartir la vida juntos. Eso parece también describir la naturaleza de la vida en una comunidad de fe. No es de extrañar que Jesús les enseñó tanto a sus discípulos mientras caminaba con ellos.

Tenemos que caminar más. No me refiero a que tengamos que abandonar nuestros autos definitivamente. Pero quizás una lección que saquemos de esta pandemia es el valor personal, social y espiritual de caminar. Las relaciones que podemos construir, el tiempo para reflexionar y el recordatorio de que no importa a dónde nos lleven nuestros pasos, Dios siempre camina con nosotros.

Así como caminar crea un ambiente para compartir con nuestros amigos, también caminar puede crear ese ambiente para compartir con Dios.

Caminemos más.

 

20 02, 2018

Solo Camina a Mi Lado y Sé Mi Amigo

2019-09-09T00:15:30-05:0020 febrero, 18|

«No camines delante de mí, puede que no te siga.

No camines detrás de mí, puede que no sea un guía.

Solo camina a mi lado y sé mi amigo».

Esta es una frase del novelista, ensayista, dramaturgo, filósofo y periodista francés, Albert Camus; que pone de manifiesto lo que anhelamos de un buen amigo…, que camine a nuestro lado, en alegrías, en tristezas, en triunfos y fracasos; que camine a nuestro lado al mismo ritmo que el nuestro y sin replegarse en las batallas que pueda traer la vida.

En mis casi cuatro décadas de existencia, he tenido la bendición de contar con tres amigas y un amigo (mi esposo) que han caminado a mi lado de esta manera. Conociendo a detalle lo que soy, lo que he vivido, lo que siento y pienso; con fortalezas y debilidades, con momentos buenos y otros no tan buenos, con momentos intensos de alegría y otros de irritabilidad; y con todo siguen caminando a mi lado.

Son esos pocos ángeles terrenales que Dios pone en nuestra vida, que si tuviéramos que retroceder en el tiempo anhelaríamos que lleguen antes del momento en que llegaron porque se han convertido en esa fuente de apoyo, ánimo, revelación, amonestación y comprensión.

Mis amigas y amigo-esposo son esos seres únicos con los que realmente sé que puedo contar. Como dice el poema del uruguayo Mario Benedetti, no hasta uno ni hasta dos ni hasta cinco ni hasta diez, sino realmente puedo contar con ellas y con él, con toda seguridad; y ellas y él pueden contar conmigo.

Los científicos descubrieron que la actividad cerebral de una persona cuando está en peligro es prácticamente idéntica a la que despliega cuando su amigo lo está. Nuestros amigos se convierten en parte de nosotros, no en sentido poético o metafórico, sino real. Literalmente, nos sentimos amenazados cuando nuestros amigos están amenazados. Entonces, se cumple la afirmación de Jesucristo registrada en el evangelio de Juan, “Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos”.

Es interesante también tomar en cuenta que es muy difícil llegar a este nivel de amistad con el sexo opuesto, a menos que sea tu cónyuge; y no lo digo por sexismo o fanatismo, pero al llegar a tener cierto grado de cercanía emocional, espiritual y física con mis amigas puedo asegurar que no podría tener la misma apertura ni proximidad con nadie más. Varios estudios reflejan que en la amistad entre hombres y mujeres resulta imposible escaparse de los momentos de seducción y tensión sexual. Por ejemplo, la Universidad de Wisconsin hizo un estudio con 88 parejas de amigos de distinto sexo y concluyeron que los hombres sienten mayor atracción física y sexual por sus amigas y tienden a sobreestimar cómo ellas los ven.

¿Quieres regresar a ver y encontrar a tu lado a un amigo? Busca con sabiduría, escoge con cautela y cuando lo hayas hallado, llega a ser con él más unido que un hermano y jamás lo descuides ni abandones. El sabio Rey Salomón en su libro de Proverbios nos recuerda que: “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano”.

22 01, 2018

Sentir, pensar, y actuar como Jesús

2019-09-09T00:15:34-05:0022 enero, 18|

Desde muy pequeños, la sociedad, los medios de comunicación, el entorno en el que nos desarrollamos nos enfocan a querer obtener para nuestro ser los mejores valores, principios, sentimientos; y nos envuelven equivocadamente, a querer ser (sentir, pensar, actuar) como los personajes de ficción que vemos en las películas o leemos en los libros, en definitiva, personas irreales. Lo triste es que al querer imitar sus vidas ficticias nos llevamos una enorme decepción porque es imposible sostener sus pasos de fantasía.

Pero si tanto anhelamos caminar dejando huellas positivas en la vida de aquellos que amamos, de aquellos que son difíciles de amar, y por cualquier lugar donde pasemos, debemos regresar a mirar aquel que hizo historia, aquel que con su amor, determinación y pasión nos dejó lecciones que trascienden en valores, principios, fe, esperanza, misericordia, humildad y amor. Este personaje que transitó en este mundo, que palpó el cansancio, el sufrimiento, la alegría, la frustración, el éxito,… este personaje real, y que nos entiende perfectamente, es Jesucristo.

Debemos aprovechar su proposición, invitarlo a morar en nuestro corazón y decidir seguirlo.  Su Palabra nos dice: “Ven, sé mi seguidor”. Esta es, en efecto, la invitación que Él nos dirige a cada uno de nosotros. Por ello, hacemos bien en preguntarnos: “¿Qué respuesta le daré?”. La contestación tal vez parezca obvia, pues ¿quién va a negarse a aceptar una oportunidad tan maravillosa? Pero… ¿estamos realmente dispuestos a apartar nuestro corazón engañoso, imperfecto, para dejar que su corazón tome posesión en nuestro ser y dirija el rumbo de nuestros pasos?

Si queremos un presente y un futuro para nosotros y nuestras generaciones donde reine la paz, la bondad, la justicia, la esperanza, el amor…, porque no apostar por un SÍ; por un trasplante de corazón, el suyo por el nuestro. Es una garantía de caminar por la senda correcta, con luchas y batallas pero seguras victorias. “De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo”. Efesios 4:13 (NVI)

Yo decido caminar con el corazón de Jesús por el resto de mis días, aceptar su amor, para dar amor. ¿Y tú?

14 01, 2018

TU VIDA HABLA SI CREES O NO EN DIOS

2019-09-09T00:15:35-05:0014 enero, 18|

Cuando pienso en qué significa para mí creer en Dios…, viene a mi mente un sin número de palabras como confiar; esperar ciegamente; descansar en su regazo; entregarse en sus manos; abandonarse a lo que uno es, siente o quiere para que él tome el control; y otras tantas.  Ahora, eso es lo que pienso…, pero vivirlo al ciento por ciento…, caminar y batallar diariamente por fe… tomar las decisiones dándole el dominio de la situación, es una cuestión de convivencia permanente entre él y yo porque de lo contrario sale esa naturaleza de independencia y de querer tener el control total de lo que me rodea.

Realmente creer, significa tener fe en que Dios vive, que es activo, que está muy interesado en mí porque me ama, y que sus planes son mejores que los míos.  «Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay…» (Hebreos 11.6)

Cuando pienso en creer, quiero creer como aquel centurión romano que le pidió a Jesús, del pueblo judío, que en esa época eran esclavos de Roma, que sanara a su siervo enfermo. El centurión escuchó sobre Jesús y tuvo fe en su poder para sanar. La Palabra dice que Jesús se maravilló de la fe del centurión romano. Este le dijo al maestro: “Señor, conozco sobre obedecer órdenes. Digo que vayan y van; así que, aunque no soy digno, manda a sanar a mi sirviente”.  ¡Este hombre le pidió a Jesús que obrara un milagro no presencial, desde lejos! Eso es tener fe.

Al leer sobre hombres y mujeres de los que se narra en la Palabra, no encontramos seres perfectos sino esforzados y valientes que creyeron en Dios. Sabemos que Abraham, José, David, Josué, incluso Rahab caminaron con fe y su fin fue bueno, entonces decimos creer que el Señor estuvo con ellos y que queremos experimentar esa fe que estos caudillos tuvieron. Pero la cuestión es creer que Él quiere hacer Su obra con nosotros en este tiempo y accionar nuestro caminar hacia eso, con su dirección. Ahora no construiremos un arca, no tendremos que vencer a Goliat, pero enfrentamos nuestros propios desafíos: la oficina, la familia, la iglesia, que no son menos retadores. En estas circunstancias es cuando debemos demostrar que tenemos fe para emprender sin necesidad de tantas confirmaciones de Dios; y eso se logra buscando a nuestro Padre Dios y estrechando lazos con él en secreta intimidad.

La razón nos abandona donde la fe nos da la mano. «Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.» (Marcos 9.23) ¡Ahora es el momento cuando tu fe será desafiada para emprender lo que Dios te ha delegado y que piensas que es imposible lograr!

28 03, 2016

Más Cerca

2019-07-07T04:56:34-05:0028 marzo, 16|

15 años, son bastantes, cuando empecé a caminar me imaginaba lo increíble que debía ser tener un año de seguir a Cristo, me parecía una eternidad cumplir 5 años de fe y mis ojos veían con reverencia a quienes decían tener más de 10 años en el camino. Ahora pienso que la reverencia estaba más que justificada.

No es un camino fácil, los obstáculos, las tentaciones, las decepciones, el mal clima, los ladrones, el cansancio, la sed y el hambre han sido y son frecuentes, esta senda angosta no se sube sola, y no puedo decir que falta poco pues lo único que alcanzo a ver es el recodo que esta frente a mí.

¿Será que al pasar la siguiente curva estará la meta? Tal vez si o tal vez no, pero estoy totalmente seguro de dos cosas:

La primera es que hay una meta y en ella está parado Jesús con sus brazos abiertos esperándome.

La segunda es que el camino que ya caminé era necesario caminarlo, no había atajos ni era una opción, era un camino que yo necesitaba caminar si quería llegar a la meta.

¡Estoy muy feliz por el camino recorrido! Es mucho más lindo verlo en retrospectiva, los dolores y obstáculos ya superados no se sienten, la satisfacción de haberlos superado es embriagadora, los frutos son maravillosos, si hubiese sabido lo gratificante que sería tal vez lo hubiese disfrutado más. ¡Estoy feliz de estar aquí! Estoy 15 años más cerca de mi meta, más cerca de poder ver cara a cara y conocer a Jesús como él me conoce.

A esto se refería Pablo cuando escribió en el libro a los romanos el siguiente texto:

Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya es hora de que despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos. La noche está muy avanzada y ya se acerca el día. Por eso, dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz. (Romanos 13:11-12)

No sé en qué parte del camino estoy, si en la mitad, en la quinta parte o al final, no sé si ya he pasado lo mas difícil o si habrán momentos peores y dolorosos,  pero estoy agradecido por lo que ya está caminado, seguramente esa ha sido la preparación para lo que está por venir.

Hoy tengo más fuerzas que al inicio y sé que nada se comparará a la dicha de llegar a la meta y tomar mi premio, un premio eterno por el que vale la pena vivir y morir diez vidas, mil vidas, mi premio es Jesús. Ya se acerca el día, así que le saco brillo a mi armadura, ajusto bien los cordones de mis tenis y sigo caminando, llegaré. Te animo a que hagas lo mismo.

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