La soledad y mi deseo de compañía
¿Cuántas veces has pensado en tu futuro? ¿Te has imaginado a ti misma en una casa con dos o tres niños y un matrimonio estable lleno de alegría? ¿Cuántas veces has deseado estar con alguien por el resto de tu vida?
Bueno me imagino que las respuestas a esas preguntas son sí y amén. Y está bien desear eso pues Dios nos hizo de tal modo que siempre estemos rodeados de gente, queramos o no. Somos seres sociables e inclusive Dios se muestra como una persona que vive en una comunidad: Dios, Hijo y Espíritu Santo.
Muchas veces nos afanamos, preocupamos y frustramos cuando vemos que no tenemos a nadie a nuestro lado. La verdad es que a nuestro corazón le gusta ser el centro de atención en vez de ser un canal por el que pueda relucir Cristo.
Tengo buenas noticias para ti: Dios tampoco quiere que estés solo o sola. La compañía puede venir de un matrimonio, de la familia o de los amigos. No necesariamente los tres a la vez y tampoco solo uno de ellos.
Si uno de los deseos de tu corazón es encontrar al príncipe azul o a la chica de tus sueños te aseguro que solo Dios sabe que es lo mejor para ti y qué puede guiarte de mejor manera a Él, a ser como su Hijo. Puede que en los planes infinitos y misteriosos de Dios nunca te cases. Para muchas personas esto puede ser un motivo de tristeza y desconsuelo, pero te aseguro que solo Dios sabe, nuevamente, que es lo mejor para ti y estamos confiados de que también conoce los deseos que guardas en tu corazón.
Recuerda que cualquier método que utilice Dios en tu vida será para atraerte más a sí mismo y hacerte dependiente de su buena voluntad.
Finalmente debemos tener cuidado en que los deseos de nuestro corazón se vuelvan ídolos y sean la única razón por la que buscamos de Dios, para que cumpla nuestras demandas. Recuerda que cuando te enfocas en ti mismo pierdes el cuadro completo. Si has aceptado a Jesús como tu salvador ya no es tu historia la que cuentas sino la de Él. Por eso ten la confianza de que si tienes muchos o pocos amigos, si te casas o no, si experimentas más la soledad que la compañía, todo está escrito en el plan perfecto de Dios. Así que descansa en que Él sabe lo que hace y está en control de tu vida.