Haendel un hombre ciego que “vio a Dios”
Siempre es grato dar un paseo por la Galería de la Fe. Un impresionante retrato llama nuestra atención, se trata de un Óleo sobre tela cuyas dimensiones son 74, 9 x 62,6 cm es la figura del gran compositor alemán Georg Friedrich Handel.
A los 58 años, le diagnosticaron una estenosis de la arteria carótida izquierda, que es el vaso que lleva sangre al hemisferio izquierdo del cerebro, y a consecuencia de ello presentó una variada sintomatología de carácter neurológico: parálisis recurrente del brazo derecho, además de dificultad para hablar, atribuidos a embolias en el cerebro.
Más tarde el médico John Taylor, que ya había dejado ciego a Bach, lo operó sin ninguna mejoría, pero a diferencia de aquel, esta vez no se infectaron los ojos. Handel quedó completamente ciego.
Handel, ciego y muy disminuido en su salud, asistió a la presentación de su obra más importante, “El Mesías”, ópera que escribió en tres semanas, brillante por su armonía. Compuso este oratorio en apenas tres semanas: “Creí haber visto al cielo delante de mí y al mismo Dios”, fueron las palabras exclamadas por el compositor cuando terminaba la segunda parte del oratorio, con el coro Aleluya.
El compositor ciego pasó los últimos siete años de su vida en la soledad y el recogimiento. El 6 de abril de 1759 se sentaba en frente del órgano interpretando algunas de sus obras y especialmente El Mesías. A sus confidentes les decía “que quería morir con la esperanza de unirme a mi dulce Señor y Salvador el día de su Resurrección”. El deseo se cumplió murió el viernes 14 de abril. El féretro fue sepultado en Westminster, en el rincón asignado a los poetas. Handel hoy en la Galería de la Fe.