Solo Camina a Mi Lado y Sé Mi Amigo
«No camines delante de mí, puede que no te siga.
No camines detrás de mí, puede que no sea un guía.
Solo camina a mi lado y sé mi amigo».
Esta es una frase del novelista, ensayista, dramaturgo, filósofo y periodista francés, Albert Camus; que pone de manifiesto lo que anhelamos de un buen amigo…, que camine a nuestro lado, en alegrías, en tristezas, en triunfos y fracasos; que camine a nuestro lado al mismo ritmo que el nuestro y sin replegarse en las batallas que pueda traer la vida.
En mis casi cuatro décadas de existencia, he tenido la bendición de contar con tres amigas y un amigo (mi esposo) que han caminado a mi lado de esta manera. Conociendo a detalle lo que soy, lo que he vivido, lo que siento y pienso; con fortalezas y debilidades, con momentos buenos y otros no tan buenos, con momentos intensos de alegría y otros de irritabilidad; y con todo siguen caminando a mi lado.
Son esos pocos ángeles terrenales que Dios pone en nuestra vida, que si tuviéramos que retroceder en el tiempo anhelaríamos que lleguen antes del momento en que llegaron porque se han convertido en esa fuente de apoyo, ánimo, revelación, amonestación y comprensión.
Mis amigas y amigo-esposo son esos seres únicos con los que realmente sé que puedo contar. Como dice el poema del uruguayo Mario Benedetti, no hasta uno ni hasta dos ni hasta cinco ni hasta diez, sino realmente puedo contar con ellas y con él, con toda seguridad; y ellas y él pueden contar conmigo.
Los científicos descubrieron que la actividad cerebral de una persona cuando está en peligro es prácticamente idéntica a la que despliega cuando su amigo lo está. Nuestros amigos se convierten en parte de nosotros, no en sentido poético o metafórico, sino real. Literalmente, nos sentimos amenazados cuando nuestros amigos están amenazados. Entonces, se cumple la afirmación de Jesucristo registrada en el evangelio de Juan, “Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos”.
Es interesante también tomar en cuenta que es muy difícil llegar a este nivel de amistad con el sexo opuesto, a menos que sea tu cónyuge; y no lo digo por sexismo o fanatismo, pero al llegar a tener cierto grado de cercanía emocional, espiritual y física con mis amigas puedo asegurar que no podría tener la misma apertura ni proximidad con nadie más. Varios estudios reflejan que en la amistad entre hombres y mujeres resulta imposible escaparse de los momentos de seducción y tensión sexual. Por ejemplo, la Universidad de Wisconsin hizo un estudio con 88 parejas de amigos de distinto sexo y concluyeron que los hombres sienten mayor atracción física y sexual por sus amigas y tienden a sobreestimar cómo ellas los ven.
¿Quieres regresar a ver y encontrar a tu lado a un amigo? Busca con sabiduría, escoge con cautela y cuando lo hayas hallado, llega a ser con él más unido que un hermano y jamás lo descuides ni abandones. El sabio Rey Salomón en su libro de Proverbios nos recuerda que: “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano”.