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30 08, 2018

A pesar de las diferencias…

2018-08-30T10:35:45-05:0030 agosto, 18|

No es nada nuevo hablar de las diferencias que hay entre los hombres y las mujeres, pero siempre es bueno tenerlo presente, por ejemplo:

  1. Frente al dinero

Los hombres: Pagarán 2 dólares por algo que en realidad cuesta medio dólar, pero lo necesitan.

Las mujeres: Pagarán medio dólar por algo que cuesta dos y que en realidad no necesitan, pero que estaba en oferta.

 

  1. Frente al matrimonio

Las mujeres: Se casan con la esperanza de que el hombre cambie, pero al final se resigna porque no cambia.

Los hombres: Se casan con la esperanza de que ella no cambie, pero al final se resigna porque sí cambia.

 

  1. Frente a la vestimenta

Las mujeres: Se vestirán bien para ir de compras, para regar las plantas, para sacar la basura, para llevar a los niños a la escuela y para ir a cenar.

Los hombres: Se vestirán bien para ir a un funeral o a una boda.

 

  1. Frente a las discusiones

Las mujeres: Tendrán la última palabra, siempre, en cualquier discusión.

Los hombres: Cualquier cosa que el hombre diga después de la última palabra de la mujer es en realidad el inicio de una nueva discusión.

 

A pesar de las diferencias, tu cónyuge, después de Dios, no es solo algo importante, lo es todo.

El vínculo que te une a tu cónyuge no es de sangre, es de sangre, alma y espíritu. Un hombre viaja alrededor del mundo para buscar lo que necesita y vuelve a su hogar para encontrarlo. Todos los matrimonios felices se parecen; todo matrimonio infeliz es infeliz a su manera.

A pesar de las diferencias, estamos unidos a nuestro cónyuge más que por un sello legal, por el sello del amor. Grábame como un sello sobre tu corazón; llévame como una marca sobre tu brazo. Fuerte es el amor, como la muerte, y tenaz la pasión, como el sepulcro.
Como llama divina es el fuego ardiente del amor.
(Cantares 8:6 NVI)

28 08, 2018

Tú y Yo… un Nuevo Comienzo

2018-08-28T09:15:03-05:0028 agosto, 18|

Para aquellos que llevamos varios años casados, sabemos que el matrimonio tiene altos y bajos, sonrisas y llantos,  deleites y sin sabores. Estamos conscientes que el matrimonio es el lugar donde la convivencia de la vida diaria produce roces, malentendidos, desacuerdos, frustraciones y enojos; pero sabemos también que cada mañana es un nuevo comienzo para decidir amar.

Así como Dios nos extiende con cada llegada de sol un nuevo capítulo en la historia de nuestra vida; así estamos llamados a caminar con nuestro cónyuge, cerrando los episodios negativos con perdón real y buscando intencionalmente vivir momentos que fortalezcan el amor hasta que sean lo suficiente fuertes e indestructibles.

Tal vez tu cónyuge te ha gritado, humillado, mentido, traicionado o decepcionado. La mayoría hemos experimentado algo de esto y nuestro corazón ha caído devastado; pero cuando como pareja caminamos con los ojos en Cristo, las situaciones difíciles son superables y los nuevos comienzos son posibles.

Pero para dar inicio a una nueva página se requiere que un lado conceda perdón, el renunciar al derecho de castigar al culpable, el olvidar el sufrimiento y tratar al otro mejor de lo que se merece, sin pedirle nada a cambio, siendo este un regalo de amor que se elige dar al ofensor.  Y por otro lado debe haber verdadero arrepentimiento, el que busca reparar los daños cometidos, el que se compromete en jamás volver a cometer ese acto, el que da un cambio positivo de ciento ochenta grados.

Los nuevos comienzos… son posibles cuando vamos agarrados de la mano de Dios y nuestro corazón tiene claro el pedir perdón y perdonar a nuestro cónyuge antes que acabe el día, obedeciendo a Dios; así no acumularemos amargura y el caminar en pareja tendrá los beneficios de la reconciliación, la paz, la armonía, la alegría y el amor.

25 02, 2018

¿Necesidades emocionales insatisfechas?

2019-09-09T00:12:48-05:0025 febrero, 18|

Con mucha frecuencia las personas se casan con la expectativa que su cónyuge satisfaga sus necesidades emocionales. Llegan al matrimonio con el vaso medio vacío para ser llenado por su pareja, pero la verdad es que ningún ser humano puede satisfacer a otro ser humano por completo.

Sin ser responsables de satisfacer todas las necesidades de tu compañero, es necesario poner esas necesidades antes que las tuyas. Algunas de estas necesidades incluyen afecto, comunicación, honestidad, finanzas y compromiso familiar.

Un acto de bondad consiste en hacer un esfuerzo por conocer qué quiere y valora tu pareja: ¿se trata de una comida casera? ¿Un ramo espontáneo de flores? ¿Una cena en un restaurante especial o una hamburguesa rápida? ¿Reparar ese grifo con fugas o la manija floja de la puerta? ¿Cuidar a los niños? ¿Una notita en el bolsillo del terno?

En realidad, no importa cuál es el acto de bondad, lo importante es que tu cónyuge se sienta valorado y querido a través de tus acciones, que sabes lo que él/ella quiere y necesita y que estás listo para proveerle sin que tenga que pedirte. Este esfuerzo por entender y voluntad para dar es la clave de un buen matrimonio y finalmente de satisfacer tus propias necesidades.

Robert Fulghum, en su libro clásico, “Todo lo que realmente necesito saber aprendí en el jardín de infantes», comparte algunas de sus reglas básicas y que se aplican para una relación saludable de esposos: compartan todo, tómense de las manos y manténganse unidos.

Si tu pareja sabe que te preocupas por él (ella) y que estarás a su lado en las grandes y pequeñas cosas, que se siente amada, cuidada y apreciada es muy posible que muestre reciprocidad en la relación y responda de la misma manera: con amor.

Y el amor se define de la siguiente manera:
“El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas.  No se alegra de la injusticia, sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia”. (1 Co. 13:4-7).

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