Carta a mi Familia.
Todos creen tener la mejor familia, pero nosotros sí que la tenemos, por eso, porque nos tenemos. Todo lo que soy hoy se lo debo a Dios y a Uds.
A cada sueño, sacrificio y trabajo que hemos realizado.
A mis padres por ser un ejemplo de amor saludable, por enseñarnos a amar a Dios y a valorar a las personas. A ustedes no les quedaron grandes las palabras: Papá y mamá.
Tener a dos padres así, que entregan amor y pasión diaria, que están siempre en las buenas y en las malas unidos contigo, pendientes de todo lo que te rodea, que te ayudan a levantarte y te aconsejan para no caer en lo mismo, que lloran y ríen contigo; tenerlos para mí se llama FELICIDAD.
A mis hermanos por regalarme el privilegio de entender cómo se siente tener que compartir, cuidar y proteger la vida y el corazón de alguien más que no soy yo. Por sus abrazos y besos en cada circunstancia difícil. Porque cada vez que algo me agobia o me llena de alegría lo primero que quiero es llamarlos y contarles.
Mi familia gracias a Dios es de las que funcionan. Y por muchos obstáculos que existan, hasta ahora hemos encontrado salida. No quiere decir que no tengamos problemas, claro que sí, la vida no es fácil, pero es mejor superarlos juntos que solos, así la cuesta arriba se hace más corta y fácil.
Dios nos bendijo con este templo llamado hogar, y por muy agotador que se haya hecho el día, siempre merece la pena continuar o en algunos casos, volver a empezar. Verlos bien me complace y me da fuerzas para seguir dando pasos.
Una vez más puedo afirmar, que “la UNIÓN hace la fuerza”. .
Como los admiro, como los respeto, como los amo.