Dando más allá de nuestras fuerzas
2 Corintios 8: 3-4
En esto días, debido a una situación particular que pude presenciar, vino a mi mente el siguiente texto bíblico:
“ Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aún más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos”. (2 Corintios 8: 3-4)
En el contexto bíblico, el apóstol Pablo elogia la actitud de las iglesias de Macedonia las cuales al ser informadas sobre la condición de la hambruna que pesaba en Jerusalén (como resultado de la gran escasez que se dio en el tiempo del emperador Claudio César según Hechos 11: 28-29) resolvieron enviar ayuda económica para los hermanos en dicho lugar.
El texto bíblico nos enfatiza que los creyentes de la región de Macedonia también estaban experimentando tribulación y profunda pobreza ¿por qué? el historiador Suetonio menciona que esta gran hambre que se extendió por todo el imperio romano se produjo como consecuencia de las malas cosechas que se recogieron a lo largo de varios años. A esto se sumó la incapacidad de Claudio para poder administrar adecuadamente lo existente. Siendo así el hambre y la escasez estaba presente no sólo en Jerusalén sino en todo el imperio y eso involucraba también a los Macedonios.
Sin embargo, el texto bíblico enfatiza que dieron conforme a sus fuerzas (es decir lo que tenían) e inclusive más allá de sus fuerzas solicitando que les permitan tener el privilegio de ayudar a sus hermanos más necesitados que ellos.
¡¡Qué fascinante relato bíblico!! Los macedonios no miraron su propia necesidad para esconderse tras ella y no contribuir. Vieron la necesidad de sus hermanos en Jerusalén y Palestina, se vieron a ellos mismos y lo que tenían y concluyeron que debían dar a otros que estaban con mayor necesidad que la de ellos. ¡¡Y eran pobres!! Sin embargo entendían que dar es un privilegio para el que lo ejecuta. Y que nunca es una excusa mi propia condición si hay el corazón dispuesto. Entendieron que hay un profundo gozo en poder dar a otros sin mirar mi propia necesidad. ¡¡Qué hermoso!!
Y tu amigo lector. ¿Qué hay de ti? Cuando hay la ocasión de dar a otros, ¿te escudas bajo el argumento de tu propia necesidad? O ¿Asumirás el ejemplo de los macedonios quienes entendieron que es un privilegio el dar y lo hicieron más allá de sus propias fuerzas?
Piénsalo. Oro por ti. Bendiciones