Asistencia gravitacional
¿Cómo enfrentar momentos difíciles? nada más poderoso que saber que la Providencia de Dios está presente, que puedo confiar en El, que aun el momento más difícil, la escasez más dura, la enfermedad más severa, el gigante más grande, la situación más incomprensible, la despedida más dolorosa, todas, todas, TODAS estas cosas nos ayudan a bien!!!
La versión DHH lo explica más claramente:
Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito. (Rom 8:28)
¡Dios dispone! que maravillosas palabras, puedo tener la certeza que las cosas que suceden, no importa cuál sea la causa, mi errores, mi enemigo, el universo caído, etc. Puedo entender que Dios prepara la jugada, que ordena las piezas, que aprovecha la gravedad de mi problema para hacerme orbitar alrededor e impulsarme con la fuerza de mi problema hacia horizontes más lejanos.
Me explico: La NASA envía satélites exploradores a diferentes planetas de nuestro sistema Solar, aun a los más alejado como Plutón o Saturno, la NASA aún no dispone de motores tan poderosos que por sí mismos puedan impulsar un artefacto a través de los millones de kilómetros de distancia que nos separan.
Entonces ¿Cómo lo hacen? usan la gravedad de los planetas.
Disparan el proyectil cargado de la sonda de tal manera que pase cerca de un planeta, atrapado por la fuerza de gravedad de nuestro satélite, esta fuerza de gravedad toma el objeto y lo acelera, imprime velocidad de caída, pero el tiro es calculado de modo que el objeto no cae sino que como en una inmensa honda celestial es lanzado hacia su objetivo final con una velocidad increíble.
De igual manera, Dios usa la gravedad de mi problema, el cual me atrae, pretende aniquilarme, estrellar mi futuro contra él, pero la matemática de Dios DISPONE que no vaya directamente hacia el desastre sino que pase muy cerca del mismo para que mi corazón sea disparado a alturas celestiales, hacia el objetivo que Dios ha dispuesto de antemano que yo alcance.
Esa matemática divina los antiguos la llamaron Providencia, y es una manera increíble de actuar por parte de Dios, normalmente nosotros queremos que Dios use el camino más corto a nuestros ojos, el método de la «Fuerza Bruta», que milagrosamente resuelva nuestro problema y milagrosamente cambie nuestro corazón, todo en un instante, pero no es la manera usual de actuar de Dios, Dios en su infinita sabiduría no hace por el hombre más que lo imposible, lo posible nos lo deja a nosotros, por regla general, que tiene excepciones porque a Dios no lo atan las reglas, Dios no hará nada por mí que yo mismo sea capaz de hacer, una muestra de eso, tal vez la mayor sea la cruz, pero lo imposible si que lo hará, Dios usa al hombre, no es que no pueda hacerlo por sí mismo.
Volviendo al tema, este versículo tiene una condicionante, sin ella no se hará realidad, LOS QUE AMAN A DIOS, sin ella no se puede garantizar que mi problema no me destruya, que vaya directamente al desastre…
Significa que si no amo a Dios el resultado de las situaciones es muy probable que sea un desastre.
¿Amo a Dios?, ¿mi vida muestra que amo a Dios?, ¿el día de hoy amé a Dios?, estas preguntas nos guiarán a tener que corregir el rumbo de nuestro corazón o por el contrario tener la confianza en que cada situación por más difícil que parezca nos lleve a alcanzar los propósitos de Dios.