EXPERIMENTA A TU DIOS PROVEEDOR
Hace algunos años atrás, tuve la oportunidad de visitar la casa de unos amigos; en su cocina había un letrero muy bonito, con letras muy llamativas que decía: “JEHOVÁ JIREH ES NUESTRO PROVEEDOR.” Este cuadro se quedó en mi mente por algunos días, no precisamente por ser el único que había visto, sino por el concepto que guarda Jehová Jireh.
Para quienes creemos en el Gran Yo Soy, resulta importante poder conocer los diferentes nombres de Dios, ya que esto nos ayuda a comprender como Él nos cuida y protege.
En el antiguo Testamento aparece el nombre Jireh, el cual representa una de las tantas maneras de referirse a Dios, siendo siempre el más importante Jehová. Jireh, por otro lado, se deriva del hebreo, refiriéndose a la disposición de Dios para proteger a su pueblo, otorgándole lo necesario.
Uno de los relatos más característicos en la Biblia, donde podemos ver claramente a Jehová Jireh, es la historia de Abraham. Dios suplió la necesidad de un carnero para darlo en ofrenda en lugar de su hijo, Isaac. Una de las pruebas de fe más difíciles, con una gran lección y desafío: nuestra confianza debe estar en que “Jehová proveerá”.
Pero este tipo de cosas no solo pasaban en la época de Abraham, hoy en día también pasan y a menudo. Pero debemos destacar que para poder experimentar a Dios como proveedor, es importante creer; ya que la fuerza de la fe nos permitirá palpar en nuestro día a día, en los momentos de dificultad económica, física y emocional, a Jehová Jireh, nuestro Proveedor.
Y no podemos olvidar tampoco a Jehová Jireh en su muestra de mayor provisión, por la cual el mundo pecador y perdido fue reconciliado con él. La provisión de vida, de salvación a través de su Hijo Jesucristo.
Dios quiere manifestarse en nuestras vidas a plenitud y quiere que lo experimentemos como Jehová Jireh, quien provee de todo lo necesario. Siempre teniendo en cuenta lo escrito en el salmo 37:4 “Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón”.
Entonces, Jehová Jireh no debería estar en el letrero de la pared de una cocina, sino debería estar marcado en tu corazón.