¿Cómo vistes hoy?
Soy de la costa del Ecuador y como buenos costeños nos preocupamos mucho por vestir bien siempre, con esto no quiero decir que compramos ropa a cada rato o que vestimos de marca, sino más bien, nos precupamos por combinar bien, tener ropra limpia, oler bien y «estar presentables» siempre.
Yo crecí con esa concepción en mi cabeza y pese a eso, algunas amigas y primas me decían que yo era de un estilo particular llamado TALCO (tal como me levaté). Esto me causaba gracia porque yo nunca me consideré mal vestida o desaliñada. Cierto día me pegunté ¿si ellas dicen que me veo así, cuánto tiempo invertirán ellas en arreglarse? al parecer es toda una producción.
Entonces pensé que nos preocupamos mucho por parecer atractivos ante los ojos de los demás. Tener un buen físico, lucir bien, oler bien, etc. Todo eso es externo y lo que las personas notarán a simple vista. Pero ¿qué hay de lo de adentro? Le damos el mismo interés al querer crecer y ser mejores personas para nosotros mismo y para lo demás. Dejando el orgullo, el odio, al envidia, la ira, etc.
Creo que al final del camino es lo único que importa, con eso no quiero decir que debemos andar descuidados, apestoso, desaliñados, etc, en ninguna manera. Tiene que ver con la cantidad de tiempo y energía que le inviertes a cada cosa. Pero si queremos mejorar por dentro y trabajamos en ello, sin duda se reflejará también en el exterior.