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5 06, 2018

Vive la Naturaleza

2018-06-05T09:15:37-05:005 junio, 18|

Tú oh Dios llenas las fuentes con los arroyos que corren ligeros entre los montes;
allí apagan su sed los animales salvajes;   En sus riberas anidan las aves del cielo, y entre las ramas se escuchan sus trinos.  Desde las alturas riegas los montes, y la tierra se sacia con el fruto de tus obras. Haces crecer la hierba para los ganados, y las plantas que el hombre cultiva para sacar de la tierra el pan que come  y el vino que le alegra el corazón”.
 Salmos 104.10-15

El salmista David en uno de sus cantos, describe a la naturaleza como aquel espacio creado de forma magnifica por Dios. Un espacio del que todos los seres humanos nos quedamos deslumbrados por los detalles que existen; y que es un entorno para disfrutarlo con respeto y amor.

 

Podemos deleitarnos en las aguas termales de Papallacta; cruzar el bosque andino Pasochoa; tocar la nieve del Cayambe; caminar en Playa negra de Mompiche; dar un paseo de aventura en el Parque Ecológico la Perla en la Amazonia.  Y no solo eso, podemos admirar el revoloteo de un colibrí, el canto de un mirlo y sonreír cuando los rayos del sol tocan nuestro rostro al amanecer…

 

Tanto para disfrutar… sí salimos de aquella caja de fósforos llamada departamento. Que hoy por hoy se ha convertido en nuestro espacio seguro, nuestro mundo cibernético, olvidando el contacto con los demás y con el entorno natural.

 

Dios nos ha dado la naturaleza para disfrutarla, por lo tanto, hagamos de ella nuestra aliada. Dediquemos tiempo para encontrar ese contacto con la creación y con su Creador. Salgamos con nuestros hijos al bosque más cercano. Disfrutemos de un amanecer junto al canto de las aves, o de las estrellas en lo más oscuro de la noche.  Si vives en la playa, camina por la orilla del mar.  De esta manera desarrollaremos amor y respeto por la creación; y experimentaremos la presencia de Dios de una manera más palpable y real.

17 05, 2016

Otra vez pequé

2019-09-09T00:16:08-05:0017 mayo, 16|

Otra vez pequé. Yo me sorprendo, pero Dios no lo hace. Me cuesta entender, pero su Palabra dice que Él conoce todas las cosas, incluso antes de que estén en nuestra boca. Mi pecado es una de ellas. Él conoce mis debilidades y la fuerza que posee mi carne para dirigir mis pies hacia el mal. Él conoce que yo fui formada en pecado y que la naturaleza de mi esencia humana es apartarme de Él. Él conoce que soy incapaz de cambiar por mis propias fuerzas y que muchas veces mi autosuficiencia me hace creer en que yo soy la que tiene el control. Entonces caigo, peco, y me sorprendo.

El verdadero problema no es la clase de pecado que hayamos cometido, sino es la raíz que sutilmente se esconde detrás de nuestra caída: el orgullo. Jhon Piper lo describe de la siguiente manera, “Cuando nos consagramos a resistir el poder idolátrico de cada anhelo, cada deseo, cada placer que no es de Dios, entonces Dios es exaltado como el tesoro supremo de nuestra vida.” El orgullo es un ídolo, sea este personificado en nuestra propia persona, en nuestros logros o en nuestras amistades. Pero, al momento que vemos la belleza de Cristo,  nuestro enfoque se centra  en conocerle y agradarle, ya no en los deseos fugaces que nuestro corazón desea experimentar.  Santiago 1: 14-15 dice que cada uno fuimos tentados desde nuestro propio corazón, del cual proceden todos los males y conflictos existentes (Santiago 4:1). Dios no se sorprende por tu pecado, pero él lo odia.

Entonces, ¿Cómo llegamos a negarnos a nosotros mismo y ver en Jesús la satisfacción y suficiencia de todos nuestros anhelos? Primero tenemos que ver nuestra condición, la verdadera realidad de la depravación en nuestro corazón. La Biblia afirma que no hay ningún justo (Romanos 3:10) y que nuestro pecado es abominación delante de Dios, separándonos de Él (Isaías 59:1)  y llevándonos a la muerte (Santiago 1:15) Que somos como ovejas descarriadas (Isaías 53:6), solo rescatadas por un único acto: el sacrificio de Jesús en la cruz. Allí, cuando comprendemos la gravedad de nuestro pecado y lo que provocó, vemos la belleza de Cristo y la misericordia de Dios.

La única forma de que ese pecado salga de tu corazón y seas libre es por medio de Jesús, Él te salva, Él te ama. No confíes en tus propias fuerzas, o en tus obras, no mires tus logros o tus cualidades, pues te traerán amargura a tu corazón. Alza los ojos a Dios, pues de él vendrá tu socorro. El odia tu pecado, pero está dispuesto a perdonarte.

 

ESCRITO POR: Gaby Puente

12 10, 2015

5 razones para salir a la naturaleza

2019-07-07T04:53:55-05:0012 octubre, 15|

¿Alguna vez sentiste que necesitabas un soplo de aire muy fresco? ¿Alguna vez sentiste como si sólo tuvieras que salir de la ciudad y dejar a la vida pasar más lento? Si piensas que es completamente normal. Es importante que escuches a tu cuerpo, alma y mente. Así que aquí están 5 razones para salir a la naturaleza.

  1. Tecnología: Desenchufate de tu TV, teléfono e Internet te permitirá conectarte más profundamente con el medio ambiente, los amigos, y con nosotros mismos.
  2. Corazón saludable: Estar en la naturaleza hace cosas increíbles en nuestra salud. Mejora nuestra concentración, la memoria, la calidad del sueño; disminuye la presión arterial, el pulso y la variabilidad de la frecuencia cardíaca. Estos son sólo algunos de los beneficios que la naturaleza puede traer a nuestra salud.
  3. Abrazo Aventura: Simplemente ir en a paseo por la naturaleza nos da la oportunidad de tomar riesgos. Nos obliga a ser flexibles y adaptarnos a los entornos desconocidos. Somos probados en desarrollar nuevas habilidades, y al final, la experiencia nos resulta tan estimulante, que nos anima a probar nuevas aventuras.
  4. Tiempo de calidad: El deseo de ser parte de una comunidad está en nuestra sangre y cuando nos abrimos a ella, estamos abriendo la puerta a la profundización de esas relaciones.
  5. Felicidad: Salir en la naturaleza ofrece un sin fín de oportunidades para crear recuerdos. las aventuras en la naturaleza con tus seres queridos pondrán fácilmente una sonrisa en su rostro. Entrar en la naturaleza elevará tu estado de ánimo, reducirá el estrés y aumentará la salud mental en general.

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