Lo que yo deseo de ti es fiel amor
En nuestra casa viven dos periquitos. Uno se llama Chimborazo (en honor a la montaña más alta en Ecuador) y el otro es Furbie (no tengo idea por qué).
Los periquitos son excelentes mascotas. Son juguetones, llenos de vida y alegría, les encanta cantar y llenan una habitación de energía. Pero pueden ser ruidosos. A veces, cuando estamos viendo la televisión, tenemos que activar los subtítulos porque no podemos escuchar.
Es cierto que no poder escuchar la televisión o incluso mantener una conversación por el ruido de los pajarillos puede ser una desventaja. Esto me hace pensar en lo necesario que es saber escuchar para mantener relaciones saludables. Según James, escuchar es más importante que hablar.
¿Sabía que las palabras bíblicas como obedecer, obediencia, obediente, provienen de palabras que significan «escucha, escuchar»?
Desde nuestra perspectiva, a menudo es mucho más gratificante, hacer porque es fácil medir nuestras acciones. Nos evitamos la difícil tarea de buscar sabiduría, de aprender a vivir en fe, de escuchar atentamente a Dios a través del estudio de Su Palabra.
Por supuesto que, habiendo escuchado la verdad también debe haber una acción que la acompañe. Santiago nos advierte sobre la persona que se mira en el espejo («escucha» la Palabra de Dios) y no hace nada. Una vez que nos miramos al espejo y escuchamos la Palabra, entonces debemos responder.
Pero Dios no busca el cumplimiento, al menos no como un medio para relacionarse con nosotros. Oseas 6: 6 dice:
“Lo que yo deseo de ti es fiel amor
y no sacrificio.
Quiero que ustedes me conozcan,
no que me hagan ofrendas.”
El deseo del corazón de Dios es que disfrutemos de una relación con él. Por eso, se nos ha dado a conocer. No solo en términos abstractos y difusos como de un «poder superior», sino de manera personal e íntima. Él se hizo hombre, vivió entre aquellos que Él creó y voluntariamente se dio a Sí mismo como sacrificio para que pudiéramos reconciliarnos con Él y gozar de una relación sana, refrescante y gozosa.
Jesús dijo: Acepten mi enseñanza y aprendan de mí que soy paciente y humilde. Conmigo encontrarán descanso.” (Mat 11:29 PDT).
¿Podemos cada uno de nosotros tomar unos momentos hoy, domingo para «escuchar» las palabras alentadoras de las Escrituras que nos enseñan el amor y el cuidado infinito del Dios Creador, que nos equipan para vivir en rectitud (no solo en cumplimiento)? ¿Podemos permitir que la Palabra nos corrija y restaure?
¡Escuche la suave voz de Jesús animándole hoy!