¿Cómo ha cambiado nuestra visión de Dios y nuestra relación con Él el último año?
Este mes “celebramos” (?) Un año de la pandemia en la mayoría de los países del mundo. Recuerdo que ingenuamente pensé que serían pocas semanas de cuarentena y luego todo volvería a la normalidad. Pero el hecho es que desde entonces todo ha sido menos normal.
Dudo que alguno de nosotros haya anticipado el impacto y consecuencias de la pandemia. Primero, se limitó el acceso del público a los locales comerciales, luego se cerraron las puertas y, en la medida de lo posible, la gente empezó a trabajar desde casa. Muchas personas perdieron su trabajo y los padres debieron involucrarse en la enseñanza de los hijos.
Entonces, ¿qué ha cambiado? En cierta manera, parece que todo ha cambiado: cómo compramos, a dónde viajamos, cómo interactuamos entre nosotros. Al salir de casa, no solo tomamos nuestras llaves, teléfono, billetera / bolso, sino que también debemos recordar ponernos una mascarilla y llevar desinfectante de manos. Solía ser que nos ofendíamos si alguien cruzaba la calle para evitarnos; ahora nos ofendemos si no lo hacen.
Espero que estos cambios sean circunstanciales, y una vez que este virus esté “bajo control” (lo que sea que eso signifique), podamos volver a socializar, salir a comer, hacer deporte y simplemente estar juntos.
Pero, ¿qué más ha cambiado? ¿Cómo se ha visto afectado nuestro mundo interior? ¿Hemos luchado contra el miedo o el pánico? ¿El aislamiento ha creado depresión? ¿Nuestro sentido de seguridad se ha visto afectado? ¿Nuestras prioridades son diferentes? ¿Cómo ha cambiado nuestra comprensión de Dios, su presencia, su provisión? ¿Hemos cuestionado su fidelidad? Quizás nos hemos preguntado si Él REALMENTE tiene el control de lo que está sucediendo.
Sin duda, el año pasado mi fe fue desafiada. Me he preguntado qué está haciendo Dios. Pero he debido recordar que Sus caminos no son los míos (Isaías 55: 8), y que Él siempre tiene un propósito para cada circunstancia. (Efesios 1:11).
¿Cómo ha cambiado nuestra visión de Dios y nuestra relación con Él el último año? Espero que hayamos visto Su fidelidad de formas nuevas e inesperadas. Que hayamos formado nuevas relaciones y nutrido las existentes. Que hayamos podido evaluar nuestras prioridades y sobre todo que hayamos reconocido cuán dependientes somos de Dios. Al menos espero que estas cosas se hayan convertido en parte de mi propia comprensión de Dios. No me gustaría para nada haber pasado por todo esto y continuar siendo la misma persona que era antes.
Tengo muchas ganas de que todo esto termine. Que regresemos a vernos en los templos, a cantar en las reuniones de alabanza y adoración, que podamos conversar con amigos en una cafetería e incluso poder comprar con libertad. Pero espero hacerlo con una mayor sensibilidad a la presencia de Dios en cada detalle de la vida. Y espero poder compartir esa esperanza con otros.