16 10, 2022

La madurez espiritual requiere compromiso

2022-10-16T05:23:13-05:0016 octubre, 22|

Inspirados por una gran experiencia, no es raro que nuestros hijos se entusiasmen con iniciar nuevas cosas. Después de asistir a un partido de fútbol, quieren jugar fútbol; ​​después de un concierto musical, quieren tocar la guitarra. Por tanto, les compramos nuevos zapatos de fútbol o un nuevo instrumento, y usualmente después de una semana, el entusiasmo se desvanece; después de dos semanas les estamos recordando su compromiso y después de tres semanas los zapatos e instrumentos recién adquiridos están olvidados en una esquina, recogiendo polvo.

Todos admiramos a aquellos que tienen grandes habilidades, que demuestran una capacidad y pasión por su arte, y que hacen que se vea muy fácil jugar o tocar un instrumento. Sin embargo, esa habilidad vino con un gran esfuerzo. No solo soñaron con sobresalir en sus habilidades, sino que se comprometieron a perseguir su pasión, por lo que eso se convirtió en la máxima prioridad en su vida.

El madurar espiritualmente funciona de la misma manera. La buena noticia es que no estamos solos en nuestro deseo por tener estas habilidades. ¡Dios también lo desea para nosotros! Sin embargo, luchamos porque la madurez no se da sola; tiene que ser aprendida.

La Segunda Carta de Pedro, capítulo 1, nos instruye a ser hábiles en la fe y en nuestro conocimiento de Dios. Nos recuerda las grandes cosas que Dios nos ha dado: «Todo lo que es necesario para la vida y la santidad». Pero, al igual que para aprender a jugar fútbol o tocar un instrumento se requiere de compromiso y pasión.  El ser competente para manejar con precisión la Palabra de Dios, dar consejo sabio, discernir la verdad del error y amar incondicionalmente son habilidades que Dios nos enseña mientras caminamos con Él.  El Espíritu Santo usa toda la vida, en su belleza y fealdad, para producir en nosotros un carácter piadoso.

Bien has obrado con tu siervo, oh SEÑOR, conforme a tu palabra.
Enséñame buen juicio y conocimiento, pues creo en tus mandamientos.
Antes que fuera afligido, yo me descarrié, mas ahora guardo tu palabra. Bueno eres tú, y bienhechor; enséñame tus estatutos.

Salmo 119: 65-68

Señor, has hecho muchas cosas buenas a mi favor tal como lo prometiste. Creo en tus mandatos; hora enséñame el buen juicio y dame conocimiento.Yo solía desviarme, hasta que me disciplinaste; pero ahora sigo de cerca tu palabra.Tú eres bueno y haces únicamente el bien; enséñame tus decretos.

14 11, 2021

¿Alguna vez se ha preguntado por qué la gente hace lo que hace?

2021-11-14T01:30:15-05:0014 noviembre, 21|

¿Por qué Nik Wallenda cruzó las Cataratas del Niágara en la cuerda floja? ¿Por qué sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay escalaron el monte Everest?

Es posible que nunca sepamos qué es lo que realmente impulsa a una persona a hacer lo que hace (y, a veces, es posible que nosotros mismos no seamos plenamente conscientes de lo que nos impulsa). Tengo la intuición de que con frecuencia nos conducen pasiones mixtas, algunas de las cuales son sanas y buenas, otras pueden tener una intención menos pura.

Pensando en el Apóstol Pablo es indudable que era un hombre apasionado. Experimentó encarcelamiento, naufragios, golpizas, agotamiento, hambre y falta de vivienda. ¿Pero por qué lo hizo? ¿Por qué Pablo aceptó la vida terrenal como pasajera, siempre en movimiento, siempre dependiente de los demás? Porque tenía pasión.

No muchos de nosotros sufriremos las molestias físicas, y tribulaciones como lo hizo Pablo. Pero aún así, podemos aprender a ser interdependientes unos de otros como Pablo fue con los primeros creyentes. Francamente, no quiero pasar por ese tipo de aventuras que experimento Pablo, pero quiero – y necesito – caminar con el pueblo de Dios en el proceso de una transformación espiritual y de conocer más a Dios. Nuestra fe se muestra y se vive mejor en comunidad cuando aprendemos unos de otros, nos animamos unos a otros y, a veces, nos desafiamos unos a otros.

Por eso la gracia es tan importante. No solo dependemos de la gracia de Dios para reconciliarnos con Él, también necesitamos ofrecer (y recibir) gracia unos a otros. Como lo dijo Pablo, “Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” (Efesios 4:32). La gracia lo cambia todo. Cambia nuestra relación con Dios. Cambia nuestras relaciones entre nosotros. Transforma nuestro ser interior para que reflejemos la bondad de Dios (también conocido como el «fruto del Espíritu»). Nos une para ser partes del cuerpo de Cristo.

Sin duda la gracia tiene un efecto inconmensurable en todo aquel que es seguidor de Cristo. Enloquecerá a los psicólogos porque la obra de Dios en cada uno de nosotros es única. Pero el resultado es el mismo: madurez en la fe, crecimiento en el carácter y pasión por las cosas invisibles del Reino de Dios.

Y es por eso que hacemos lo que hacemos: porque la gracia de Dios está obrando una pasión fuerte dentro de nosotros.

 

24 11, 2017

David Masache nos Presenta: Apasiona mi Corazón

2017-11-24T09:45:51-05:0024 noviembre, 17|

David Masache, lojano de 24 años es miembro de la Iglesia Centro Cristiano Familiar Alianza y sirve en el ministerio de la alabanza ya cerca de 3 años.

Él nos cuenta un poco sobre su encuentro con Dios: «Acepté a Cristo a los 16 años en una iglesia pequeña de Madrid-España a la cual asistía mi madre. Dios quebrantó mi corazón en un momento donde todo lo que yo había soñado y pensado hacer en un país que no era el mío, España, se habían quedado sólo en eso, sueños y pensamientos, la situación económica de España no era la misma, y encima de eso luchaba con mi carácter que no ayudaba nada en el colegio, se me hizo difícil hacer amigos, en ese momento me hablaron de Cristo y acepte por fe, pero no fue hasta los primeros meses de 2009 que entendí que no sólo es creer sino es vivir para y por Cristo».

A principios del año 2014 regresó con su familia a Ecuador y desde ahí ha estado trabajando en la música en su iglesia y también en su formación personal en todas las áreas. Se enteró por un amigo sobre la convocatoria de «Adora Ecuador» y se animó a grabar una de sus composiciones, luego del proceso de selección recibió la noticia de que era uno de los seleccionados y que iba a ser parte del proyecto.

La canción «Apasiona mi corazón» nace de un fuerte deseo de ser apasionado más y más por Dios, que el fuego del primer amor no se apague y permanezca en continuo crecimiento.
Además, nos dice David, «quise cantar lo que la palabra de Dios hace, nos da vida y nos muestra lo que Él es, es el lenguaje de Su amor hacia nosotros».

24 07, 2017

¿Mis sueños o los sueños de mis hijos?

2017-07-24T10:03:23-05:0024 julio, 17|

¿Cómo definirías esto?: sueño, anhelo, ilusión, pasión, familia. Permíteme compartirte lo que pienso de estas palabras y su conexión en la familia, creo que todas ellas nos conducen hacia el futuro, independientemente del lugar al que queramos llegar, es donde nos vemos junto a nuestros hijos alcanzando sus metas, nuestras metas.

Aunque ya no estamos en tiempos antiguos donde los padres escogían una profesión para los hijos, todos tenemos el anhelo de que nuestros hijos llegue muy lejos con los dones y talentos que Dios les dio desde su formación, ¿cierto? Te cuento un secreto, no recuerdo haber jugado en mi infancia con plastilinas (de las que vienen en cajas individuales por colores, huelen rico y son suavecitas) así que cuando mi nena cumplió dos años, ¿sabes qué le regalé?, pues si, esas plastilinas que yo había anhelado siempre, jugamos a la cocina con ellas y aún tengo los moldes de las verduras que podía hacer para servir una rica ensalada de plastilinas. Lo sé, pensé solo en mí.

Me encanta esta frase de Sixto Porras de su reciente libro Hijos Exitosos: “Debemos enseñar a nuestros hijos a tomar decisiones desde que están pequeños. Les provee seguridad, confianza y afirma su individualidad e independencia.” Pero esta frase ya no aplica para comprar juguetes a niños de dos años, va más allá porque se trata del futuro de tus hijos y del propósito que Dios tiene con sus hermosas vidas.

Nosotros, como padres de familia somos las personas certeras para brindar a nuestros hijos seguridad, refugio, educación, y respuestas a sus preguntas respecto a lo que quieren ser “cuando seas grande”. Te ha pasado que tu hijo quiere ser Policía para cuidarte; o cuando te ve en cama, con una gripe, quiere ser doctor para curarte. Es una ternura escuchar sus profesiones a los cuatro o cinco años, ellos enseguida se proyectan a cosas grandes para agradarte y a medida que van alcanzando una madurez, estos anhelos, van tomando forma y acción.

Al escribir esto, recuerdo los primeros años de mis nenas: cuando hicieron su primer pastel, pensé ¡seguro será una chef pastelera, harán las tortas de chocolate más deliciosas del país! Cuando comenzaron a andar en bici sin las ruedas de apoyo pensé ¡van a ser las campeonas del tour de ciclismo en Francia! Hasta que aprendieron a nadar y dije ¡soy tan feliz porque van a ganar una medalla olímpica! Estaba una poco obsesiva ¿no crees? Pero tuve que aprender una gran lección porque a aquello que yo más le apuntaba con mi gusto personal y mis oraciones, es a lo primero que Daniela dijo que no, en sus cortos 7 años, me dijo: Mami, no me gusta nadar, eso te gusta a ti… solo permanecí en silencio. Aprendí una gran lección: cada persona tiene un propósito de vida, con el cual Dios nos creó de manera independiente.

Te desafío a que tus hijos puedan recordarte siempre por fomentar en ellos un espíritu de excelencia en todo lo que hacen, con tus acciones, con tu ejemplo. De esta manera, podrás garantizar el impacto de sus vidas en una sociedad que necesita personas con principios y valores fundamentados en una familia firme. Apoyar e impulsar a tus hijos les permite crecer y te hace grande a ti.

 

13 06, 2017

Las Oportunidades

2019-09-09T00:15:57-05:0013 junio, 17|

Más temprano de lo que tú te imaginas las oportunidades presentarse en la puerta de nuestra vida.

¿Te encuentras preparado o preparada para aprovechar y celebrar cuando llegue tu oportunidad?  Con frecuencia las oportunidades nos visitan de sorpresa y se alejan del mismo modo llevándose el cargamento de éxito que traían para nosotros.

Una oportunidad es bien aprovechada cuando estamos preparados con la mente, el alma y el espíritu para tomarlas y hacerlas que jueguen a nuestro favor.  En la mente se cultiva todo el conocimiento que nuestra voluntad lo decida.  Por lo tanto, una mente capacitada y despierta está lista para actuar frente a las oportunidades.

El alma, mientras tanto, prepara el terreno de nuestras emociones para responder con pasión a los estímulos del pensamiento. Cuando hacemos un trabajo con la dosis de pasión requerida se proyecta a nuestro favor un gran clima de confianza y donde hay confianza y seguridad es más fácil ver y tomar una oportunidad.

Nuestro espíritu, en cambio, es el sello de identidad que nos hace únicos y nos pone en línea con Dios, con sus principios, con su sabiduría, quien nos guía para encontrarnos y tratar con cada oportunidad que se presente.

Para aprovechar las oportunidades es preciso haber entrenado la mente, el alma y el espíritu. Por lo tanto, si desarrollas tus aptitudes naturales hasta convertirlas en competencias, las oportunidades serán tu punto de partida hacia el desarrollo de toda tu vida.

Ir a Arriba