1 05, 2022

El trabajo como una expresión de adoración al Creador

2022-05-01T08:11:37-05:001 mayo, 22|

He tenido muchos y diferentes trabajos. Mi primer trabajo, cuando tenía trece años, fue cortar hierba para nuestro pastor. Después de eso, y antes de convertirme en pastor, trabajé como consejero de campamentos y luego como asociado de ventas en tiendas minoristas. He manejado carretillas elevadoras, tractores y bombas en una fábrica, he lavado platos en una cocina, entregado periódicos, sacado mala hierba como trabajador de mantenimiento de jardines, y configuré sistemas informáticos como asistente administrativo. Algunos de los trabajos fueron geniales, algunos de ellos los odié. Pero aprendí una cosa.

Tener un trabajo, ser capaz de satisfacer mis necesidades y las de los demás a través del trabajo, es una gran bendición. ¡Fuimos creados para el trabajo! Cuando el pecado entró en el mundo, nuestra responsabilidad de trabajar no cambió, pero ahora el pecado hace que en ocasiones el trabajo se convierta en una carga. El trabajo puede parecer insignificante, nuestros roles pueden ser menospreciados, y nuestros empleadores pueden aprovecharse de nosotros. A pesar de todo eso, el trabajo es un regalo de Dios (Eclesiastés 2: 22-24).

Para el antiguo Israel, el trabajo era una forma de adoración. Aunque tendemos a pensar en la adoración en el contexto de un servicio dominical, en el Antiguo Testamento la idea de «adoración» se expresaba a través del «trabajo».

 Construir el Templo o cosechar, fueron considerados actos de alabanza.

 Dios nos coloca en su creación para trabajar para Él. Administramos los recursos del Creador en Su creación, y representamos al Rey en Su Reino. Dondequiera que Dios nos haya colocado podemos hacer nuestro trabajo como si fuera el trabajo de Dios.

El trabajo es adoración. La mayor exaltación a nuestro Dios y la demostración de su bondad, es a través del trabajo bien hecho, con diligencia, alegremente y respetando a aquellos que Dios ha puesto sobre nosotros. Esto parece una tarea imposible a menos que recordemos que el trabajo es adoración. Encontrar significado en nuestro trabajo, es un regalo de Dios. ¡Los regalos deben ser celebrados! Gracias a Dios, hoy por tu trabajo cualquiera que éste sea. Es el regalo de Dios para ti.

5 02, 2018

Cuidado con lo que Haces Cuando Nadie te Ve

2019-09-09T00:12:51-05:005 febrero, 18|

Hace algunos años atrás, una institución me contrató para ser maestra de ceremonias de su aniversario. La matriz de la empresa que me contrataba, quedaba algo alejada de la ciudad donde vivo. Antes de empezar el evento los invitados iban llegando, socializando y riendo entre ellos; yo sin conocer a nadie esperaba en la esquina con el personal designado para sonido. Ahí en espera a iniciar la gran celebración por los cincuenta años de vida de esta empresa; empecé a recorrer con mi mirada la hermosa decoración del salón, a los meseros sirviendo bocaditos y las personas interactuando entre ellas; pero llamó mi atención una pareja de enamorados de lo más efusivos, él mantenía sus brazos alrededor de la cintura de ella y le repartía besos en el cuello. De hecho, creo que no hubiera mantenido mi observación en ellos, si él no hubiera sido el marido de una amiga.  Al pasar a la tarima, y estar de frente al público de esa noche, él me reconoció en seguida, palideció su rostro, se mortificó y pocos minutos después junto con su amante, salieron del salón.

Los seres humanos estamos continuamente tentados a dejarnos seducir por decisiones, acciones o pensamientos que nos pueden llevar a caminar en contra de lo que es bueno, de lo que conviene. Algunos batallamos por mantenernos en valores y principios; pero otros se van por el camino fácil, manteniendo una doble moral, un doble discurso, haciendo lo malo en oculto.  Como el esposo de mi amiga, creía que ahí, a cientos de kilómetros, lejos de su hogar, podía mantener un romance con otra persona, sin que nadie lo supiera; pero la vida tiene sentido del humor y todo lo que hacemos, tarde o temprano, sale a la luz. Y cuando hemos estado caminando en zonas prohibidas, la catástrofe llega tarde o temprano; y no solo para quien actuó mal sino para todos aquellos que lo rodean y lo aman.  Eso mismo causó la infidelidad oculta del marido de mi amiga, arrasó con su matrimonio, destruyó la vida de sus hijos, la de su esposa y la de él mismo; hasta el día de hoy su primogénito sigue visitando al psicólogo porque no ha superado la ruptura de sus padres.

La Palabra de Dios nos recuerda en Marcos 4.22 “Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a la luz”. Totalmente cierto, todo lo que hacemos, siempre saldrá a flote y traerá sus consecuencias buenas o malas, de acuerdo al tipo de acciones con las que hemos obrado. Claro que cuando hacemos algo en oculto es una señal de que estamos optando por cosas incorrectas; situaciones que de salir a la luz nos causarían vergüenza; áreas de nuestra vida de la que no estamos orgullosos.

Si este es tu caso, si estás caminando por zonas inadecuadas, que no convienen, que te provocan vergüenza, que solo lo haces cuando nadie te ve…, estás en peligro. Más rápido que tarde empezarás a experimentar el dolor de la consecuencia de tus actos. Te animo a parar antes que termines en completo desastre.

13 09, 2017

3 Pecados que podrias desconocer

2019-07-07T04:56:32-05:0013 septiembre, 17|

Hay mandamientos en la Biblia que son fáciles de comprender para obedecer (Ej: 10 Mandamientos). Pero a la vez hay muchas cosas en nuestra vida diaria que podemos estar haciendo y que no caemos en cuenta que son realmente malos, son pecado.

 

Descuido en salud

Es una ley comprobada de la vida y la culinaria que casi todo lo que es más delicioso, también es malo para la salud. Lo dulce, lo salado, lo frito, lo grasoso, lo chancroso. Pero no solo es malo lo que comemos, también la inactividad física, los excesos (ej: alcohol), frecuentar ambientes contaminados, etc. Hay muchas cosas en nuestro entorno que pueden afectar nuestra salud. y que podemos controlar.

Nuestro cuerpo, y más importantemente nuestra vida, son regalos de Dios. Somo «hechura suya» y Dios lo hizo todo bueno. El descuidar nuestro propio ser es igual que descuidar el resto de la creación de Dios. Somos llamados a cuidar de nuestros cuerpos pues son también el Templo de Dios (1 Cor 3:16-17) Y si nos excedemos con hamburguesas, o helados; si no nos preocupamos por tener un estilo de vida activo; si no nos preocupa nuestra salud; no importa cuán «espirituales» seamos, estamos actuando mal y estamos permitiendo pecado en nuestra vida.

Autosuficiencia e Individualismo

Tenemos una sociedad que cada vez nos impulsa más al individualismo. Esta influencia cultural nos lleva a pensar que «Si no necesito de nadie, estoy mejor sólo». Es verdad, no es bueno depender de otros para todo o para nuestra felicidad, pero es valioso poder contar con los demás en aspectos de nuestra vida.

Salomón nos dice en Eclesiastés que es mejor trabajar juntos (Ecl. 4:9-12) y Pablo exhorta a los Hebreos a no dejar de congregarse para animarse los unos a los otros a continuar en una buena vida (Heb. 10:23-25). Más aún vemos que en el jardín del Edén el deseo por la independencia de Dios llevó a la humanidad a pecar, y podríamos mencionar de igual manera el ejemplo de Lucifer al querer ser autosuficiente fuera de Dios.

Cuando nuestra sociedad nos lleva constantemente a depender únicamente de nosotros mismos. Dios nos lleva a depender de Él, y en ese ejemplo poder depender de otros para mejorar nuestra calidad de vida. Al fin y al cabo, fuimos creados para vivir en comunidad (familia) «no es bueno que el hombre esté solo.

Indiferencia

Hay un pequeño libro en el Nuevo Testamento que tiene buenas exhortaciones para los cristianos. Entre estas hay un pasaje que tiene implicaciones muy fuertes para cómo reaccionamos ante el mundo a nuestro alrededor.

Cada vez que alguien necesita ayuda y no me nace el deseo de ayudar llega a mi mente Santiago 4:17. «Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado». No significa que debo dar todo mi dinero a la gente de la calle y pasar todo el tiempo de mi vida ayudando. El contexto habla de la jactancia y la actitud del corazón. Es una exhortación a mantener mi corazón sensible a los demás y ayudar en cuanto pueda. Si mi actitud es indiferente hacia los demás aún cuando puedo ser de bien, éso me es pecado.

 


 

Si sientes que has fallado en alguno de estos puntos no significa que vayas al infierno. Pero significa que vas por buen camino para poder re evaluar tu vida para cambiar de enfoque.

Si te gusto o quizás tienes alguna crítica espero tus comentarios en la parte de abajo.

17 05, 2016

Otra vez pequé

2019-09-09T00:16:08-05:0017 mayo, 16|

Otra vez pequé. Yo me sorprendo, pero Dios no lo hace. Me cuesta entender, pero su Palabra dice que Él conoce todas las cosas, incluso antes de que estén en nuestra boca. Mi pecado es una de ellas. Él conoce mis debilidades y la fuerza que posee mi carne para dirigir mis pies hacia el mal. Él conoce que yo fui formada en pecado y que la naturaleza de mi esencia humana es apartarme de Él. Él conoce que soy incapaz de cambiar por mis propias fuerzas y que muchas veces mi autosuficiencia me hace creer en que yo soy la que tiene el control. Entonces caigo, peco, y me sorprendo.

El verdadero problema no es la clase de pecado que hayamos cometido, sino es la raíz que sutilmente se esconde detrás de nuestra caída: el orgullo. Jhon Piper lo describe de la siguiente manera, “Cuando nos consagramos a resistir el poder idolátrico de cada anhelo, cada deseo, cada placer que no es de Dios, entonces Dios es exaltado como el tesoro supremo de nuestra vida.” El orgullo es un ídolo, sea este personificado en nuestra propia persona, en nuestros logros o en nuestras amistades. Pero, al momento que vemos la belleza de Cristo,  nuestro enfoque se centra  en conocerle y agradarle, ya no en los deseos fugaces que nuestro corazón desea experimentar.  Santiago 1: 14-15 dice que cada uno fuimos tentados desde nuestro propio corazón, del cual proceden todos los males y conflictos existentes (Santiago 4:1). Dios no se sorprende por tu pecado, pero él lo odia.

Entonces, ¿Cómo llegamos a negarnos a nosotros mismo y ver en Jesús la satisfacción y suficiencia de todos nuestros anhelos? Primero tenemos que ver nuestra condición, la verdadera realidad de la depravación en nuestro corazón. La Biblia afirma que no hay ningún justo (Romanos 3:10) y que nuestro pecado es abominación delante de Dios, separándonos de Él (Isaías 59:1)  y llevándonos a la muerte (Santiago 1:15) Que somos como ovejas descarriadas (Isaías 53:6), solo rescatadas por un único acto: el sacrificio de Jesús en la cruz. Allí, cuando comprendemos la gravedad de nuestro pecado y lo que provocó, vemos la belleza de Cristo y la misericordia de Dios.

La única forma de que ese pecado salga de tu corazón y seas libre es por medio de Jesús, Él te salva, Él te ama. No confíes en tus propias fuerzas, o en tus obras, no mires tus logros o tus cualidades, pues te traerán amargura a tu corazón. Alza los ojos a Dios, pues de él vendrá tu socorro. El odia tu pecado, pero está dispuesto a perdonarte.

 

ESCRITO POR: Gaby Puente

6 04, 2016

Malas noticias

2019-07-22T02:40:44-05:006 abril, 16|

Has escuchado alguna vez la frase ¨sin malas noticias no hay buenas noticias¨, bueno lo cierto es que esta frase está llena de verdad, pues verás sin el antónimo (lo opuesto) no sabríamos el significado real de las cosas, por ejemplo sin la noche no sabríamos qué es el día, sin el frío no sabríamos qué es el calor, sin lo malo no sabríamos qué es bueno, etc.

En este caso específico quiero exponer que los momentos malos en la vida de un no creyente como de un creyente son completamente normales, qué quiere decir esto, que todos en la vidas vamos a tener altos y bajos, cuando pasamos dificultades en nuestras vidas podemos apreciar más los momentos de estabilidad. Ahora la diferencia de los momentos malos y buenos entre un creyente y un no creyente está en que el creyente, cree en que Dios es soberano y está en control de toda circunstancia y el no creyente no.

Soy creyente y en mi caminar me he encontrado con muchas personas que cuando algo les sale mal o no va como esperaban se preocupan y empiezan a examinarse para detectar en qué están pecando porque según ellos, por eso no les va bien, pues bien la autoevaluación debe ser constante, no solo en la prueba, esta disciplina dirigida por el Espíritu Santo nos ayuda a reconocer lo malo que hay en nosotros y cambiar, porque sin su ayuda no lo lograrímos. Alguna personas incluso levanta juicios sobre otros, tal persona está en dificultad, seguro es porque está en pecado. Dios nos ayude a no caer en eso.

La verdad detrás de tales aseveraciones es que a veces olvidamos que Dios es soberano en toda circunstancia, siempre, es decir, no podemos evitar que lo que él ha planeado suceda, lo que sí podemos hacer es confiar en él. Y claro acudir a él siempre en oración, muchas veces a pedir un milagro pero sabiendo que si no se nos concede, él no deja de ser Dios.

 

 

 

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