EL COMPROMISO EMPIEZA EN EL CORAZÓN
¿Qué es el compromiso? Para cada persona significa algo diferente.
Para un boxeador es levantarse de la lona, una vez más, pese a que haya sido tumbado.
Para un maratonista es correr otras diez millas cuando ya no le quedan fuerzas.
Para el soldado es subir la colina sin saber lo que le espera del otro lado.
Para un vendedor es lograr que su cliente haya hecho una compra satisfecho.
El verdadero compromiso inspira y atrae a la gente; les muestra que se procede con convicciones, y las personas creerán en este solo si este cree en su causa.
En nuestra vida diaria, cada acción y labor que desempeñamos debe llevar compromiso. Y el compromiso empieza en el corazón. Cuando nuestro corazón tiene el enfoque correcto disfrutamos lo que hacemos por más complicado y esforzado que sea. Dicen que en el Derby de Kentucky, el caballo ganador se queda sin oxígeno después de la primera media milla, y el resto de la distancia la corre con el corazón.
El apóstol Pablo escribió en la carta a los Colosenses “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”.
Si el compromiso empieza en el corazón y nuestro corazón está, cada momento, buscando agradar a Dios, nuestra motivación será ser de bendición para las personas que nos rodean y esto se reflejará en todas las áreas de nuestra vida, incluido el trabajo.
Uno de los relatos bíblicos nos cuenta que cuando Jesús pidió a unos hombres que lo siguieran, éstos de inmediato dieron excusas porque aunque estaban con él mientras predicaba y hacia milagros no estaban dispuestos a comprometerse.
Quizás ésta misma actitud es la que tenemos, no solamente al seguir a Jesús en nuestro diario vivir, sino también en nuestro trabajo; simplemente nos interesa sólo la paga y ni siquiera conocemos la visión de la empresa.
Demuestra que eres una persona que realmente se compromete. Que tu actitud de compromiso sea tu principal adoración para Dios.