¿Deseas un príncipe cristiano? + test
Amigas, este post es un poco largo y trata sobre una situación que he visto en la iglesia cristiana y en varios grupos de jóvenes. Les invito a leerlo, esperando que sea de bendición para ustedes.
Cuando era más joven frecuentemente pensaba en el hombre que Dios estaba preparando para mí. Me imaginaba que sería alguien cristiano, probablemente un misionero, un músico de la alabanza o un líder en la iglesia. Alguien que amara a Cristo sobre todas las cosas, que me cuidara, de quién estaría orgullosa de llamar mi enamorado, con quien me casaría y probablemente comenzaría una familia.
Mi imagen de aquel hombre de Dios constantemente llenaba mis oraciones. Pedía que fuera alguien seguro, valiente, que no le temiera a nada y que me amara.
Cuando hablaba de este tema con amigas cristianas o con una que otra líder siempre terminábamos con frases como “Cuando esperas en Dios, Él siempre te dará lo mejor”, “Dios está preparando un hombre para ti”, “Jesús escribe tu historia de amor” o “Dios ya ha elegido a alguien”. Estas palabras llenaban de esperanza mi corazón y me impulsaban a orar más por esa persona.
Un día, mientras conversaba con una amiga ella me preguntó, ¿Gaby, y que pasa si nunca llega esa persona? ¿Cómo sabes que Dios te ha prometido a alguien?
Lo que dijo, retumbó en mis oídos durante semanas. Estaba confundida, no sabía que pensar o qué responder.
Poco a poco y gracias a la Palabra de Dios y a mujeres piadosas, me di cuenta que mi enfoque hacia el deseo de tener un chico cristiano era egoísta. La Biblia nos dice que nuestro corazón es muy engañoso, una máquina de ídolos que es movido por intenciones y deseos que nos manipulan.
Con esto no quiero decir que querer a alguien piadoso esté mal o sea pecado, el problema está en que muchas veces utilizamos a Dios como un medio para obtener lo que anhelamos.
De esta manera, el deseo se vuelve un ídolo y Dios una clase de papá Noel que no nos puede decir que no y que nos tiene que cumplir lo que queramos.
En la Biblia, Dios no nos promete a un chico cristiano que nos guíe hacia Él. Su más grande promesa es su propio Hijo que dio su vida por nosotros en un amor totalmente sacrificial.
Jesús es quien nos guía hacia Dios mismo y su Espíritu Santo quien nos apunta a su gran obra en la cruz. El Señor no es un medio, Él es la meta.
Nosotras debemos hallar la suficiencia total en Jesús. Nuestro corazón debe descansar en Él hasta llegar al punto de decir como David “¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti?” Salmos 73:25 y no esperar por alguien que nos hace falta, que nos llene o que nos complemente.
Nuestra esperanza no debe estar puesta en tener a una persona a nuestro lado sino en saber quién es el Dios soberano de la Biblia y cuáles son los deseos que tiene para nuestra vida.
Nuestra oración debería ser “Señor, ayúdame a conocerte a ti, guíame en tu verdad, santifícame en tu Palabra y que se haga tu voluntad y no la mía”
Amigas, Dios no nos debe nada. Disfrutemos nuestra soltería, disfrutemos cada día aprendiendo más de Él y si es su perfecta, buena y agradable voluntad, nos dará lo que es mejor para nuestras vidas.
Puedes orar por una persona pero que esto no se convierta en lo principal de tu relación con Dios o en las publicaciones diarias de tu Facebook.
A continuación hay algunas preguntas que te ayudarán a reconocer si tu enfoque hacia está área del corazón está equivocado.
- ¿Cada vez que conozco a un chico nuevo me pregunto si es el que Dios tiene para mi vida?
- ¿Frecuentemente pienso que esperar en Dios significa que de ley me tiene que dar a alguien?
- ¿Si puedo en ver mi futuro y no ha aparecido la persona que quiero, Cristo es suficiente?
- ¿Algunas de mis publicaciones en las redes sociales son acerca del hombre que Dios está preparando para mí o de mi larga espera por el “indicado”?
- ¿Mi actitud sobre quién es Dios y lo que hace cambiaría si nunca llega un chico a mi vida?
- ¿Creo que si espero en Dios me va a dar lo que quiero?
- ¿Mi corazón busca sentirse amado por alguien más aparte de Dios?
- ¿Utilizo ejemplos de la Biblia como Sarah y Abraham, Rebeca e Isaac, Raquel y Jacob, Ruth y Booz, etc… para soñar con alguien?
Si la mayoría de tus respuestas fueron sí (excepto por la número 3) pídele a Dios que te ayude a evaluar tu corazón, sus deseos y sus motivaciones sobre el enfoque de “la persona que esperas”. Recuerda que esto es un proceso, y que lo único que es importante saber es que Dios te dice “no es esto o aquello, SOY YO. Búscame a mí”.