En la Biblia se encuentra varios ejemplos de personas que dejaron todo por seguir a Jesús, en el transcurso de la historia moderna encontramos gente apasionada por Cristo y su obra, es verdad que hay gente escéptica y no creyente, pero también hay gente deseosa de seguir a Cristo y de vivir de la mano de Él, hay muchos apasionados por Dios que anhelan su presencia y con denuedo buscan parecerse a Cristo, no sin errores, pero con profunda pasión por la palabra y dependiendo completamente de Él en oración, Jesús impacto a los discípulos y a sus seguidores con su obra, carácter, milagros y palabra, y sus enseñanzas hasta el día de hoy no solo han permanecido sino que también con el transcurrir del tiempo se hacen aún más reales, Jesús el hijo de Dios sigue y seguirá siendo el modelo a seguir y no hay nada ni nadie que pueda cambiar esa realidad.

Quiero invitarte a analizar las palabras del Pastor Teddy Bermúdez en el sermón del Domingo 12 de abril del 2015: «Hay momentos en que sentimos la presencia de Dios, no son tan comunes y tampoco los buscamos, por la ajetreada vida que llevamos», y mencionaba además que en ocasiones debemos parar y callarnos para que Dios nos ´pueda inundar con su presencia, quiero invitarte a reflexionar con estas palabras y a detenerte para no tomar a la ligera las cosas del Señor, no podemos ir tan rápido que nos olvidemos de lo esencial: «disfrutar de la Presencia y la Santidad de Dios»

²⁷ Por lo tanto, cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor de manera indigna, será culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor. ²⁸ Así que cada uno debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan y beber de la copa. ²⁹ Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condena.

(Romanos  5: 8) (NVI)

Quiero desde lo profundo de mi corazón invitarte a como María Magdalena, sentirte perdonad@ y  amad@ profundamente por Dios  sin importar lo que has tenido que vivir, Dios jamás dejará que Tú su hijo predilecto quede desamparado, Él nos ha prometido protección y cuidado, que nos alcanzaran todos los días de nuestra vida.

 

ESCRITO POR: Jorge Luis Rodríguez