Hola papá
Sé que con todos los preparativos no he tenido mucho tiempo de estar a tu lado e imagino que este ha sido un proceso algo difícil para ti. Es por eso que hoy decidí escribirte esta carta… Porque tengo mucho por decir y no quiero que olvides esto nunca: Tú eres y siempre serás mi primer amor.
Ese hombre que sintió mariposas al verme por primera vez cuando nací, quien entre sus brazos me hizo sentir la persona más segura del universo y quien me enseñó que estaba bien sentir, llorar, reír y caer… pero que siempre era indispensable levantarse.
A tu lado aprendí a andar en bicicleta, a ser una mujer independiente, a leer y a escribir, tú me enseñaste lo que hace a un hombre grandioso. Gracias a ti supe que no debía conformarme con cualquier persona…
Sé que debe ser complicado imaginar que me voy de casa y que comienzo una nueva familia, pero quiero que sepas que a pesar de tener un nuevo hogar, la casa donde viven mamá y tú siempre será mi casa, siempre será ese lugar al que quiera volver por un abrazo cuando las cosas no estén bien, siempre me sentiré pequeña y segura en su habitación, siempre querré saber de ustedes, contarles todo, pedir ayuda, seguir aprendido a construir mi propio hogar de quienes construyeron el mí.
Y sí, estoy por empezar una nueva familia, pero nada me da más gusto que imaginar que mis hijos tendrán la bendición de llamarte abuelo, de conocerte, de ser tus cómplices. Me dan ganas de llorar de imaginar que serán ellos ahora quienes aprendan de ti a andar en bicicleta, a ser independientes, a leer y a escribir y sobre todo, a ser personas grandiosas.
Papá, eres el hombre de mi vida. Me enseñaste a amar a Dios ya caminar de su mano, gracias por tanto. Y sí, estoy por empezar una vida nueva con él, pero tú sabes que no me uniría por el resto de mis días con un hombre que no supiera llenarme por completo. Él me hace sentir hermosa, me hace recordar lo lindo de la vida, me llena de alegría, siempre está a mi lado y sobretodo, siempre me recuerda la importancia de la familia.
Así que quédate tranquilo papá, estoy en buenas manos, estoy lista para empezar esta etapa nueva, pero por favor, no me dejes nunca. Aconséjame como si tuviera trece años todavía, escúchame como cuando todo iba mal y corría a tus brazos, regáñame cuando sientas que no estoy actuando bien, y sígueme amando como lo has hecho toda mi vida.
Papi, no puedo esperar a caminar de tu brazo hacia el altar, me llena de emoción pensar que llegó el momento de compartir esos pasos contigo, con mi gran amor.
Te ama,
Tu hija