El valor de una amistad

2022-06-05T07:15:45-05:005 junio, 22|

2 Samuel 23: 8-17

Tener un amigo, en toda la extensión de la palabra, es una de las bondades que todo ser humano anhela llegar a experimentar. Tanto así que Aristóteles llegó a decir: “ La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas”.

Desarrollar una verdadera amistad implica la inversión de tiempo, pero se fundamenta en una natural empatía que liga a dos o más personas que sienten que existe entre ellas lazos que los unen y que les generan confianza para poder manifestarla libremente. Esa verdadera confianza se acrecienta con disposición a entregarse por aquel a quien se cataloga como amigo o amiga.

En el texto bíblico de 2 Samuel capítulo 23 en los versículos 8 hasta el 17 encontramos la historia de un grupo de amigos; eran procedentes de distintos contextos socio-culturales y económicos…pero todos tenían en común a un amigo por el cual estaban dispuestos a ir un paso más allá: El rey David.

El relato nos muestra como tres, de este grupo de amigos, estuvieron dispuestos a sacrificar sus propias vidas simplemente por el anhelo profundo que tenía David de beber agua del pozo de Belén. Estos tres hombres irrumpieron en medio del campamento enemigo y lograron sacar agua del pozo en cuestión para traérsela a David y así que él pueda saciar su sed. Sin embargo, cuando David recibió esta agua no la bebió; más bien en reconocimiento del esfuerzo, y siendo consciente del extremo peligro al que se habían expuesto sus tres amigos por él, la derramó como una ofrenda ante Dios. Así demostró su reciprocidad de amistad y aprecio para con estos tres hombres.

¡¡¡Qué apasionante relato!!! Esta historia nos muestra que una verdadera amistad está dispuesta a arriesgarse por el bienestar del otro; pero también nos muestra que una verdadera amistad no abusa del aprecio del otro. Sin lugar a dudas para construir este tipo de amistad debe pasar mucho tiempo de convivencia, conocimiento, experiencias y trato juntos. Los resultados están ahí a la vista.

Vale la pena que te preguntes: ¿Tienes ese tipo de amigos en tu vida? Y, yendo a un paso más íntimo, pregúntate: ¿Eres tú ese tipo de amigo? Mi oración hoy por ti es que Dios te ayude a ser y desarrollar ese tipo de amistad en tu vida. Piénsalo. Oremos