La interacción personal es incómoda porque no puedes “editar ni callar a la otra persona”.
En persona no podemos deslizar el dedo para huir de la conversación difícil.
Es más fácil conectarnos a través del mundo digital, pero son las conversaciones difíciles las que nos hacen crecer.
La conexión personal nos otorga la oportunidad de tener relaciones sanas y profundas.