Se acerca el fin de año y como siempre empezamos a pensar en muchas metas que quisiéramos cumplir desde el día uno de enero, hacemos una super lista de todas los objetivos de años pasados y desde el principio ya tenemos bastante tarea, van pasando los meses y poco a poco se ve lejano el día en que tachemos todos los puntos de nuestra lista.

Este año empiezo la dieta, desde mañana dejo de comer tanto chocolate que me pegué en la Navidad, ya voy a terminar la tesis, ahora si me le declaro me lo que me diga, como sea me termino de leer este libro, ya no voy a quedarme para supletorios…en fin, un sinnúmero de metas para culminar que por lo general al llegar diciembre nos vuelve a pasar lo mismo, estamos quemando el viejo prometiéndonos nuevamente que esta vez, si es la vencida.

¿Por qué nos pasa eso? ¿Será que el ser flacos, el ser estudiosos u organizados no es lo nuestro? Yo creo que se debe a que los planes que nos ponemos son en base a lo que queremos demostrar a otros, que tu mami ya no te compare con tu ñaño el norio, que tus amigos ya no se burlen de ti  por andar sin pelada, que por fin tengas ese abdomen cuadriculado que tanto has querido porque a las chicas les gustan los musculosos.

También he pasado por eso, muchos objetivos cumplidos otros que se han vuelto eternos, pero con los dos, hoy decido no afanarme por ninguno, pues sé que Dios tiene un propósito con todos, con mis aciertos y mis fallas, hoy solo decido ser feliz en todo tiempo.

“Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco.”

ESCRITO POR: Carla Rivera