3 Metas de Año Nuevo según la Biblia
«Nuevo año, nuevo yo»
Al iniciar un nuevo año solemos tener aspiraciones de mejoramiento, de reestructurar nuestras vidas y lograr algo mejor. Es admirable, pero muchas veces ese impulso nos dura unas pocas semanas o días y en poco tiempo volvemos a estar en lo mismo de antes.
En ésta ocasión quiero ver lo que Dios instruye al pueblo de Israel sobre el nuevo año y lo que podemos aplicar a nuestra vida para iniciar un nuevo año enfocados en algo más sólido que nuestras metas de año nuevo.
Rosh Hashanah – Levitico 23:24-25; Números 29:1-2
1) Descanso – Shabat
Si pudiera resumir la idea de Rosh Hashanah, Yom Kippur, y todas las celebraciones de año nuevo en la Biblia en una sola palabra sería ésta: «Soberanía»
En el año nuevo Dios le dice a Israel que empiece dejando de trabajar. Que no laboren y que dejen todo de lado. Éste principio del descanso o shabat, se encuentra como temática por toda la Biblia y continuamente nos enseña una idea central: «Deja de depender de tus fuerzas. Depende de Dios».
Para iniciar el nuevo año la mayoría nos proponemos metas como: «Este año voy a ser mejor. Me voy a esforzar más, voy a ganar más dinero, voy a bajar de peso, voy a comprar un auto. etc…». En vez de ésto Dios nos dice que empecemos con la idea opuesta y estando centrados en el Evangelio.
«No te esfuerces, porque tu no puedes. Mejor depende de Dios. Depende de Cristo»
El mayor descanso (shabat) es descansar en el conocimiento que nuestra salvación y vida dependen de Cristo y no de nuestras propias fuerzas.
2) Proclamación – Adoración
Lo siguiente que menciona Dios en su instrucción de la celebración de año nuevo es que sea una «conmemoración al son de trompetas». Está diciéndonos que ésto no es algo individual y personal. Es un llamado público a todos los que decidan escuchar. Las trompetas suenan fuerte y a lo largo del paisaje. Dios nos llama a reunirnos en comunidad y extender a todos la invitación para poder conmemorarlo.
Muchas iglesias tienen la sana y hermosa tradición de un culto especial para año nuevo. En éstas congregaciones se suele hacer un recuento del año anterior, pero lo más importante es que se hace mirando por el lente de Dios. Recordamos y agradecemos lo que Dios ha hecho por nosotros, y no sólo en éste año sino toda nuestra vida hasta éste momento.
El llamado de Dios no es a enfocarnos a nosotros mismos sobre cómo mejorar nuestro año. Es un llamado a reunirnos en comunidad y adorar, glorificar, al que nos da cada aliento de vida y nos ha traido con bien desde la perdición de nuestro desierto hasta la vida eterna y abundante en Cristo.
Dios nos llama a reconocer que solo Él es Soberano en nuestra vida y como tal merece nuestra adoracíon.
3) Sacrificio – Arrepentimiento
Lo último que observamos en el pasaje son las ofrendas. Los siguientes versículos entran en detalle sobre cuántas ofrendas y qué tipo de sacrificios se harán. Aunque ésto era una práctica común para el pueblo de Israel en éste contexto entendemos el significado especial. Dios nos llama a reconocerlo y adorarlo como nuestro Rey Soberano, pero nos pide que lo hagamos en completa fe entregando a Él lo que tenemos.
Las ofrendas y los sacrificios son un acto físico de entrega a Dios. Es la muestra práctica de nuestra dependencia en Él. Así como dice Santiago que «la fe sin obras es muerta» la adoración sin sacrificio es insuficiente. Dios nos llama a iniciar el año no gastando en fiestas de familia y celebraciones mundanas, sino que nos llama a depender en Él y entregar lo que tenemos a Él; tiempo, dinero, esfuerzos, y demás.
Nuestra mejor adoración al Soberano es depender completamente de Él y sacrificar ante Él lo que pensamos que es esencial en nuestra vida.
Las tradiciones de fin de año son buenas para desarrollar el amor en nuestra comunidad, con nuestra familia. No digo que dejes de celebrar así o que estás en pecado. Pero considera si ante todo ésto estás aún dando lugar a Dios como Rey Soberano de tu vida. Piensa si es necesario cambiar, o agregar algunas tradiciones a tu Año Nuevo. Y si es así, no esperes hasta el siguiente año, hazlo ahora y demuestra que éste año aplicarás la soberanía de Dios en tu vida. Creo que te sorprenderá ver que cuando pones primero el Reino de Dios, todo lo demás que anhelas vendrá por añadidura.