Cuando todo cambia y las certezas parecen desvanecerse, hay una verdad que permanece firme: Jesús es el “Yo Soy”. Antes del pesebre, antes del tiempo y antes de la historia, Él ya existía. En este primer día de Adviento recordamos que nuestra fe no está puesta en alguien pasajero, sino en el Dios eterno que decidió entrar en nuestra historia por amor. Jesús no comenzó en Belén; el “Yo Soy” se hizo cercano, caminó entre nosotros y sigue siendo el mismo ayer, hoy y siempre. Este mensaje nos invita a descansar en Aquel que no cambia, aun cuando nuestra vida sí lo hace. Adoramos al Dios eterno… que eligió habitar entre nosotros.
Si deseas profundizar en este primer día de Adviento, te invitamos a visitar nuestra página web. Allí encontrarás el video, el texto del devocional y una actividad familiar llamada La corona eterna, pensada para reflexionar juntos sobre la eternidad de Dios.
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Haz una pausa, reúne a tu familia y permite que esta Navidad fortalezca su fe.