Abi (de 22 años) creció bajo miradas y expectativas: “hija de pastor = perfecta”.

En esta conversación con Marco y Martha Claudia Mosquera, cuenta cómo pasó de la presión a un propósito vivo: lidera jóvenes, sirve en misiones, traduce alabanzas en varios idiomas y lucha con honestidad contra la ansiedad y el perfeccionismo.