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26 06, 2018

LOS ADOLESCTES NECESITAN LO QUE NOSOTROS DESEAMOS A SU EDAD

2018-06-26T09:00:30-05:0026 junio, 18|

¿Te acuerdas de tu época de adolescencia? ¿Te acuerdas lo que deseabas con más intensidad en esa época? Aunque las tendencias han cambiado, la tecnología ha mejorado de manera impresionante, y las redes sociales se han apoderado de nuestra manera de comunicarnos; hay algo que no ha variado y es lo que todos los adolescentes anhelan con su corazón. Lo que nosotros en nuestra etapa de adolescentes ansiábamos, nuestros hijos adolescentes también lo desean.

Los especialistas, como el Dr. James Dobson, escritor de libros como “El Crecimiento Espiritual de los Adolescentes” señalan que nuestros hijos en su edad más difícil piden silenciosamente la atención y amor de nosotros, sus padres; y de manera bastante notoria, la aceptación por parte de sus amigos.

Y estas palabras: atención, amor y aceptación; no solo que lo desean, sino que es necesario brindarles para su saludable crecimiento como seres integrales (alma – emociones, físico – cuerpo, y espíritu). Claro que para lograr llenar su corazón hay que hacer un trabajo intencional y estratégico de conocer más a nuestros hijos, sus gustos, sus sueños, sus temores, e involucrarnos en todo su mundo. Así lograremos afirmar, de paso, aquellos principios de vida extendidos durante toda su infancia.

Para Mayte, una muchachita de 15 años es dulce sentir los abrazos que le dan sus padres; pero no solo eso, sino también las palabras y gestos que le demuestran cuanto la aman.

Sofía, de 14 años, se sabe amada cuando su padre se toma tiempo para acompañarla a sus presentaciones de cualquier índole en el colegio; y sobre todo cuando él, pese al cansancio, abre espacio en las noches para escucharle tocar el violín.

Estas dos jovencitas me recuerdan mis años de adolescencia cuando mis ojos se llenaban de luz y mi corazón de amor, al ver a mis padres sentados en primera fila, apoyándome y respaldándome en mis locuras e intentos por marcar el mundo con aquellos dones entregados por Dios.

Definitivamente, no ha cambiado. Nuestros adolescentes necesitan lo que nosotros también anhelamos cuando teníamos su edad: el abrazo de papá y mamá, el encuentro diario de amor en el seno del hogar que los levante y los motive a luchar contra el mundo, haciendo historia que valga la pena.

21 03, 2017

Lo que los adolescentes esperan de sus padres

2017-03-21T18:10:57-05:0021 marzo, 17|

“A veces, el que llevan la contraria a los padres no es un sentimiento real, sino una estrategia para alcanzar la independencia y lograr construir su identidad personal.
El dilema es, ¿cómo acompañarlos en esta nueva etapa sin invadirlos?, ¿cómo protegerlos sin abrumarlos?, ¿Cómo respetar sus silencios sin abandonarlos?  Lo más importante es dar crédito a sus palabras y no dar la espalda”. (Revista Familia de El Comercio)

Nuestros hijos, de acuerdo con cada edad, demandan nuevas cosas según van requiriendo sus necesidades.  Tal es así que lo que demanda un niño de 5 años no será lo mismo que uno de 13 años. Los adolescentes, de acuerdo a lo que hemos analizado en cuanto a sus características y necesidades, esperan:

A. Tolerancia.- Según el diccionario se define como: Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.
Como ellos están definiendo sus propias ideas y gustos, son muy cambiantes o volubles, mas aún así quieren ser respetados.
Los padres debemos aprender a no ser autoritarios, absolutistas, posesivos ni indiferentes. Más bien, tenemos que acompañarlos durante esta nueva etapa.

B. Flexibilidad.- Susceptible de cambios o variaciones según las circunstancias o necesidades. Horario, programa flexible.
No obstante de que en casa y fuera de casa haya un orden establecido, con las normas o esquemas de comportamiento, como padres, debemos aprender a ser flexibles sin perder credibilidad y autoridad en lo que es negociable, pero principios y valores jamás se deben negociar.

C. Consistencia.- Es necesario tener una congruencia de lo que impartimos a nuestros hijos con lo que vivimos.  Cuenta una historia que un hombre regresó a su hogar ya entrada la noche durante un invierno frío, tomó botellas de licor y salió en busca de sus amigos para seguir tomando. Después de unos minutos, sintió que alguien lo observaba.  Al voltear miró a su pequeño hijo, quien saltaba sobre las pisadas del padre en la nieve.  El hombre, lleno de ira, le gritó que regrese a casa.  El niño contestó: “Papi, estoy siguiendo tus pasos”.

Hay inconsistencia entre lo que dicen los padres, los maestros, los pastores, los líderes; hay inconsistencia entre lo que se dice y lo que se vive; hay inconsistencia en la forma de ejercer la autoridad y establecer las reglas. Hay un gran abismo que separa los valores, los principios, la ética moral con la actitud y estilo de vida que rodea a los adolescentes: Padre que establece normas que él no cumple, padre que exige valores morales que él no vive, madre que no respeta la autoridad del padre, líder que enseña con palabras pero sus hechos gritan otra cosa, líder que dice amar a un joven pero se enseñorea de él.

Los adolescentes por doquier hallan la inconsistencia: en casa, en la iglesia, en el colegio.  Tienen hasta tres versiones sobre un asunto y esto les produce frustración y desánimo.  La inconsistencia produce en ellos, como reacción, rebeldía y rechazo a la autoridad. Cabe preguntarnos: ¿cuántos de los problemas de nuestros hijos adolescentes tienen su origen en la inconsistencia?

Ante esto, hay que ofrecerles o presentarles a alguien que sí manifiesta consistencia: Dios, quien se ha revelado como un Dios consistente, en Él no hay mudanza, ni siquiera sombra de variación.  Él ofrece de esta cualidad a quien lo busca, en Él está la fuente.

Más allá de nuestras palabras, nuestros hijos aprenden de lo que vivimos.  Difícilmente un hombre logrará efecto sobre sus hijos, diciéndoles que no tomen, cuando cada semana sale a tomar, o pedirles que no fumen por los efectos a su salud, cuando nosotros mismos fumamos. Como padres tenemos una autoridad natural, pero los chicos necesitan ver nuestra autoridad moral.  Seamos responsables de nuestras palabras y promesas; ellos confían en que se cumplirá.  Aún habiendo fallado, ellos siguen confiando, ¡no los defraudes!

D. Comparaciones.- Como los adolescentes están definiendo su valía e identidad, les afecta profundamente el ser comparados, entre hermanos o con otros, lo que causa en ellos una herida.  Lo reciben como un rechazo, como si ellos nunca pudieran lograr llenar las expectativas que sus padres tienen sobre ellos, cerrando así su corazón y con riesgo a que se dé un aislamiento progresivo. Es aquí cuando más necesitan nuestra aceptación, aprobación y acompañamiento; debemos demostrar con nuestras acciones el amor que declaramos.

E. La expresión del amor.- La necesidad básica en el ser humano es la de sentirse amado, y en nuestros jóvenes no cambia, pero debemos reconocer que en la adolescencia nuestros hijos nos pasan la cuenta de la infancia y con creces.  Una buen infancia me da una buena adolescencia. Si, como padre o madre no aprendí a expresar mi amor durante la infancia, será muy difícil hacerlo durante la adolescencia, mas aún así debe lograrlo.  Un joven que no se siente amado concluirá que es un accidente, que nació por casualidad, lo que afectará directamente su autoestima y le expone a buscar fuera de casa lo que no tiene, con tendencias a ser una persona emocionalmente dependiente.
Entendamos que la forma de expresar el amor en un adulto es muy diferente a la necesidad en cómo lo percibe un joven.  Para un adulto pagar las cuentas de su hijo, darle educación es una prueba de amor; para un joven esto es obligación.  Para él, amor se traduce en tiempo es decir, «acéptame, escúchame, abrázame».

“Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal,
y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre
tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos»

Isaías 44:3,4

MDC/ag

23 12, 2015

Soy Virgen ¿Cómo puedo estar embarazada?

2019-07-22T02:40:36-05:0023 diciembre, 15|

Vivimos en un mundo donde reina la lógica. Donde la realidad gana. Hay cosas que deseas que no puedes tener. Algunos pueden ser “light”, queriendo ser una estrella de TV o un famoso atleta. Otros pueden ser más serios, y querer que tus papis vuelan a estar juntos (si son divorciados) o querer que la salud de un amigo mejore. Sea lo que sea, hay un montón de cosas en la vida que son simplemente imposible de tener o de lograr…

Excepto cuando Dios se involucra.

 ¿Alguna vez has orado por algo que pensabas que nunca podría ocurrir y luego viste que ocurrio? ¿Alguna vez has visto a Dios obrando más allá de comprensión humana? María experimento eso.

María vio a Dios hacer lo imposible. Ella lo vio desafíar las leyes de la naturaleza. Pero antes de ver el milagro, dudaba. Por un momento, incluso cara a cara con un ángel, María tuvo un ataque de la humanidad. Preguntándose: «¿Cómo puedo  tener un bebé si soy un virgen?» María sabía cómo se hacen los bebés, y sabía a ciencia cierta que no era una candidata!  Las reglas que ella sabía que rigen la creación de la vida y de la cuales ella no había sido parte. María se olvidó de una cosa.Dios creó el proceso, las reglas y todo! Por lo tanto, Él puede trabajar fuera del proceso cuando Él lo decida. Suena un poco simplista, pero es verdad: Nada es imposible para Dios.

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