13 05, 2019

Remedios caseros para eliminar las manchas en la cara

2019-07-09T14:54:40-05:0013 mayo, 19|

El jugo de limón es una excelente bebida natural para desaparecer las manchas en el rostro. Para aplicar se debe exprimir el jugo de media rodaja de limón fresco en un vaso para lavar la cara directamente en las zonas donde se vean las manchas. Este procedimiento debe hacerse antes de ir a dormir.

Luego se debe enjuagar con agua fría en la mañana y es recomendable no exponerse al sol con el limón en la cara porque podría manchar más la piel, por ello es una regla aplicar este remedio en horas nocturnas.

El jugo de cebolla es otra bebida natural que combate las manchas en la cara. Para aplicar se debe pulverizar una cebolla morada en una licuadora, luego empapar el jugo en un algodón y hacer contacto en las zonas de las manchas.

Este remedio se debe quitar con agua fría después de diez minutos y puede provocar un ligero ardor al principio.

El vinagre es el aliado cosmético por excelencia ya que históricamente ha acompañado a los humanos a mejorar su aspecto desde que se descubrieron los niveles de PH ácido que contiene este líquido.

El vinagre se debe aplicar en la cara usando un algodón en las zonas de las manchas, luego dejar secar por veinte minutos para lavar con agua fría. Este remedio no sólo quita las manchas, también cierra los poros y alisa la piel dejándola brillante.

La leche y el rábano picante son una combinación muy particular pero cuando se trata de las manchas se tiene que probar con muchos métodos. Se debe mezclar la leche y el rábano picante para aplicar sobre las áreas de las manchas con un algodón y posteriormente dejar secar toda la noche hasta enjuagar al día siguiente.

Este tratamiento aclara el color de las manchas que causan un cambio en la tez de la piel.

4 12, 2015

Quítate la máscara

2019-07-07T04:53:53-05:004 diciembre, 15|

Una máscara es algo que nos ponemos para cubrir o esconder nuestro rostro. Pero no son sólo hay máscaras de plástico; también podemos encontrar reales. Si se trataba de una relación rota con la familia o un amigo, o una inseguridad, hacemos todo lo posible para ocultarla, es una máscara, la creación de una versión falsa de nosotros mismos para escondernos detrás. Es como una fotografía de Instagram editamos la versión de nosotros mismos. Pero en el fondo, la razón por la que hacemos esto es porque realmente tememos ser plenamente conocidos, nuestras luchas, temores e inseguridades ocultamos.

Debido a la máscara que llevamos puesta, proyectamos la idea de la máscara en Dios, si la gente en este mundo necesitan ver una máscara de mi vida, entonces Dios debe ver la misma. Dios no necesita saber mis fracasos y angustia; él sólo tiene que saber lo que quiero mostrarle. Podernos decir que Dios está lleno de gracia y de compasión, pero no es hasta que nos quitamos la máscara y dejar que nos llene que esto es real. Es como tener una herida y cubrirla con una curita. Pero la herida no sanará hasta que nos quitemos la curita, la limpiemos y apliquemos medicina.   Nuestras inseguridades, nuestro dolor no se pueden recuperar hasta que nos quitamos la máscara y dejamos que el amor incesante de Dios penetre y nos sane de adentro hacia fuera. Jesús no murió por la máscara, él murió por ti, cada parte de ti. No se trata de lo que has hecho; se trata de lo que Dios ya ha hecho por ti.

¿Detrás de qué máscara te escondes? Cualquiera sea la máscara que tengas en la actualidad, Dios te ve; él te quiere y te persigue. Habrá gente que no te acepta, pero eso no debe hacer  que te escondas. Sé tú mismo, quita la máscara y deja que Dios diga lo que eres.

“Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!” (Salmos 139:14-14 NVI).

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