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19 02, 2019

Cómo pelear limpio con tu esposo

2019-02-19T10:22:03-05:0019 febrero, 19|

A nadie le gusta estar en desacuerdo con su esposo. Te da una sensación desagradable de nudos en el estómago, contracción de la garganta y quizás aún, lágrimas en los ojos. ¿Es una señal de problemas matrimoniales meterse en peleas con tu marido?

 

Pocas personas se llevan bien 100% del tiempo. Discutir con tu pareja no quiere decir que tu compromiso va a fracasar, solo significa que ustedes son seres humanos normales. Las diferencias entre las personas añaden sabor a la vida, pero también pueden causar riñas.

 

Hay maneras limpias y maneras sucias en las cuales uno puede pelear, y queremos esforzarnos para pelear justo para la protección de nuestros matrimonios.

 

Primero, hay que reconocer que cada pareja tiene cuestiones en las cuales difieren de opinión. A veces podemos resolver nuestras diferencias, pero hay tiempos cuando nos toca ceder. Aunque nos cuesta hacerlo, pregúntate, ¿Mi posición en este asunto vale un conflicto en este momento?”  Por ejemplo, el otro día, pedí que mi esposo comprara pan en camino a casa y él lo hizo, pero compró una marca más cara de la que normalmente compro yo. Me enojé por dentro, pensando en los ahorros perdidos. Pero decidí ceder en el momento, sencillamente agradeciéndolo por su ayuda. Efesios 4:3 que dice, “Hagan todo lo posible para mantenerse unidos en el Espíritu y enlazados mediante la paz.” Al afirmar su acto de servicio en el momento, mantuve la paz con mi esposo. Pero también quería mantenerme unida con en el futuro, y es por eso que, al otro día, le mencioné que mi preferencia es ahorrar un poco al comprar la otra marca de pan. Quizás él recordará hacerlo en el futuro o quizás no, pero por lo menos expresé mi opinión, y lo hice de manera respetuosa, apreciándole por lo que hizo para mí.

 

Segundo, toma en cuenta la Regla de Oro de Mateo 7:12, “Traten a los demás como ustedes quieren ser tratados.”  Eso significa que no insultamos, no reciclamos incidentes del pasado, no nos burlamos, ni atacamos a la identidad de nuestro marido. Discutimos sobre las acciones que sucedieron, sin criticar a la persona. Por ejemplo, podrías decir, “Eres tan irresponsable con nuestro dinero cuando compras esas marcas caras,” pero esperarías una respuesta mucho mejor al decir, “Sé que quieres servir a nuestra familia y lo aprecio. Me podrías ayudar en la mayordomía de nuestros recursos comprando esta marca económica, ¿por favor?”

 

Finalmente, debemos recordar que nuestro esposo no es el enemigo. Ya tenemos un enemigo de nuestras almas – Satanás – y él quiere destruir nuestro matrimonio. Debo ver a mi marido como mi aliado en la pelea contra la división matrimonial. Cuando veo mi esposo con ojos de compasión y amistad, puedo tratarle con más ternura, interceder por él con más fervor, y buscar conexión con él aún en medio de conflictos. Después de todo, mi esposo también es hijo de Dios y compartimos una alianza bendita por Dios para el beneficio del mundo.

 

Beth Saavedra

www.vinaquito.com

25 06, 2018

Cuando tenemos que pedir perdón a nuestros hijos

2018-06-25T10:38:00-05:0025 junio, 18|

“¡Él es un tirano!” Le susurré ferozmente a mi amiga vecina. “Él nunca admite cuando está equivocado.” Estábamos sentadas en el patio de mi casa, donde había venido a llorar después de una discusión con mi papá. Ni siquiera recuerdo sobre qué peleamos, pero me acuerdo que mi papá claramente se había equivocado y nunca lo confesaría. Tenía yo tan sólo ocho años y no entendía que mi papá – quién me mostró mucho amor en otras áreas – vino de una generación que creía que los padres siempre tenían la razón y no podían pedir disculpas porque socavaría su autoridad.

Avancé rápido hasta hoy a una discusión reciente con mi esposo. En un momento de gentil franqueza me preguntó, “¿Te das cuenta que casi siempre tienes la razón y te cuesta mucho pedir perdón?” ¡Cómo la verdad duele! Pero como dice Proverbios 27:6, “Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa.” Empecé a reflexionar sobre mi lucha con pedir perdón. Aunque reconozco que tengo completa responsabilidad por mis acciones, también lamento la falta de un modelo paternal de como pedir perdón. No culpo a mi padre por mis fallas. Él hizo el mejor que pudiera y me crio para amar a Dios y amar a la gente. Pero cuando pienso en mis propios hijos y el legado que les quiero dar, sé que modelar como pedir perdón debe ser parte de mi ejemplo.

Mi esposo es una persona humilde y siempre listo para pedir perdón cuando la ocasión lo requiere. Estoy aprendiendo mucho de su ejemplo y mi anhelo es que nuestros hijos aprendan del ejemplo de nosotros dos. Lo lindo es que cuando pedimos perdón a nuestros hijos por nuestras fallas, se abren más las vías de comunicación entre nosotros. Los corazones de nuestros hijos se ponen más tiernos hacia nosotros y se sienten más seguros porque saben que en nuestra casa, podemos cometer errores y confesarlos y seguir en relación.

Seamos honestos, en el transcurso de la vida todos vamos a equivocarnos. A pesar de nuestro deseo de que nuestros hijos nunca cometan errores, inevitablemente se equivocan. ¿Cómo se recuperarán de sus errores, si nunca nos han visto modelar cómo hacerlo? ¿Cómo aprenderán la habilidad esencial de pedir perdón si no les hacemos un modelo del proceso de reconciliación? Qué alivio les dará saber que hay manera de hacer enmiendas y seguir adelante.

Una palabra final para los padres que, como yo, a veces luchan con humillarse para pedir perdón a un niño. Somos los destinatarios del perdón más extravagante y lleno de amor que el mundo jamás ha visto: el perdón que Jesucristo nos extendió en la cruz. ¿Cómo no podemos pedir perdón a nuestros hijos por nuestros errores, cuando caminamos diariamente en la gracia inmerecida del perdón de Dios? Hoy es el día para darles a sus hijos la oportunidad de vivir Efesios 4:32, “Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.”

Beth Saavedra

vinaquito.com

14 02, 2018

CARTA A MI FUTURO ESPOSO

2019-09-09T00:15:32-05:0014 febrero, 18|

Hola, futuro esposo:

Ya sea que estés leyendo esto antes de que me conozcas, o que tropieces con ella después, quiero que sepas algunas cosas.

La razón por la que te estoy escribiendo esto hoy es porque no puedo dejar de pensar en ti, y no puedo dejar de imaginar lo felices que seremos. Que esta carta sea una promesa de que voy a hacer mi mejor esfuerzo para ser la mujer que quiero ser para ti.

Los que me rodean son una fuente continua de inspiración sobre cómo quiero que sea nuestra relación. Así que aquí y hoy, me comprometo a intentar dar mis mejores esfuerzos para hacer lo siguiente:

Me comprometo a hacer todo lo posible para que brilles a diario, por lo que vas a contar con muchas sorpresas. Tu sonrisa será mi prioridad. Mis rodillas se vuelven débiles cuando sonríes, por lo que sólo me imagino el esfuerzo que haré para ser la fuente de tus sonrisas.

Te prometo que siempre voy a mirarte con la misma admiración como lo hice en el momento en que me di cuenta que te amaba.

Me comprometo a tratar de encender el mismo brillo que veo en tus ojos cuando estás sorprendido, inspirado, motivado o cuando estás a punto de inclinarte para besarme.

Me comprometo a tomar tu mano cuando tengamos 80 años con la misma vivacidad con la que la tomé cuando cruzamos la calle por primera vez. Nunca dejaré de sentir el entusiasmo que sale de mí cuando te veo. Te sorprenderé en cada lugar, motivo o con las actividades que hagamos.

Te prometo que te mantendré a la expectativa de a dónde iremos después. Me comprometo a hacer todo lo posible porque siempre te interese. Voy a seguir reinventándome a mí misma, buscaré nuevos pasatiempos, nuevos conocimientos y nuevos intereses para mantenernos entretenidos.

Prometo tener nuevas historias que compartir contigo, y tal vez voy a volver a contar las mejores de nuevo si tú insistes. Nuestra amistad seguirá creciendo con los años.

Me comprometo a desafiarte y a desafiarme a mí misma para ser mejores. Me comprometo a tratar de alimentarme de tu energía iluminadora que me inspirará a hacer lo mismo conmigo misma. Yo haré todo lo posible para asegurarme de que aburrirte nunca se cruce por tu mente.

Incluso en el dolor y la obscuridad, prometo que te mostrare los diferentes tonos de obscuridad para ayudarte a encontrar los pequeños rayos de luz que siempre están allí si los buscas. Después de todo, siempre hay algo peor que lo peor y mejor que lo mejor. Todo es relativo.

Te prometo darte un beso a lo largo de nuestra vida juntos, con la misma pasión que tuve la primera vez que sentí tus labios sobre los míos. Cuando nos besemos, quiero que el tiempo se vuelva lento, que sólo seamos tú y yo y nuestros sentimientos.

Me comprometo a jugar los juegos que te gusta jugar.

Prometo hacer mi mejor esfuerzo para mantenerme físicamente atractiva para ti; yo haré todo lo posible para estar saludable con el fin de mantenernos al día con nuestros hijos y nietos.

Me comprometo a ayudar para que tú seas saludable, tanto física como mentalmente.

Te prometo tratar de ser un modelo a seguir para nuestros hijos. Quiero que tanto a ti como a mí nos vean como una fuente de motivación. Quiero inspirarlos a ellos de la misma forma en la que tú me inspiras.

Prometo hacer mi mejor esfuerzo para amar a tu familia como tú los amas y estar a su lado como tú estás con la mía.

Me comprometo a escucharte siempre y cuando quieras ser escuchado; cuando me quieras para dar rienda suelta a una locura o cuando quieras algún consejo.

Voy a escucharte especialmente cuando tú no te sientas cómodo compartiendo tus pensamientos con nadie más, y para las cosas que intentes decirme cuando ni siquiera estés hablando. Prometo siempre escuchar.

Durante nuestra vida  juntos, te prometo que me aseguraré de que sientas que eres el centro de nuestro hogar. Sé que lo serás y siempre te voy a tratar de demostrar mi aprecio por ti debido a eso. Ser la mujer de la casa no es nada sin un hombre de valor a su lado.

Te prometo no bajar la guardia en el cuidado de nuestra relación. Sé que no te sentirás satisfecho con lo mínimo.

Me comprometo a encapsular el momento en que me di cuenta de que este amor era para siempre y revivirlo contigo constantemente.

Aunque no te conozco, desde ya, me comprometo a dejar que Dios me moldee para ser la mujer que el preparó para ti.

Atentamente,

Desde ya…. Tu futura esposa.

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