16 10, 2018

CORAZÓN ROTO

2019-09-09T00:15:10-05:0016 octubre, 18|

¿Cómo se cura una herida, cuando perdonar es tan difícil y cuando olvidar no se consigue?
¿Cómo enfrentarse a la vida, Con el corazón hecho pedazos, Cuando la desilusión te quiebra el mundo y pega golpe bajo?  Nunca imagine llorar tu engaño.

Seguramente te suena familiar esta letra.  Bueno, corresponde al tema de la cantante Jaci Velásquez que fue presentado hace una década atrás.  El motivo de su canción es identificarse con toda aquella persona que ha sentido que su corazón ha sido roto por diferentes razones. ¿Quién no ha pasado por procesos difíciles?  Para la cantante estadounidense fue el divorcio de sus padres.

La confesión de esta cantante fue para demostrar que ella no es perfecta y que tampoco existen familias perfectas.  Sin embargo, en medio de ese camino que resultó pedregoso, oscuro y duro… hubo una persona que la sostuvo, levantó y la abrazó.

“Tu engaño me enseñó que no hay nada seguro, que sólo se puede contar con Dios”.   Esta es la respuesta que Jaci encontró al ver a sus padres divorciados.  Que el corazón roto, engañado y herido puede ser sanado únicamente por Dios.

Seguramente te sientas identificada (o) con esta vivencia. Quizás ya lo superaste y quieres gritar a los cuatro vientos la libertad que tienes.  O quien sabe aún miras el pasado y sientes dolor en el corazón.

La palabra de Dios nos recuerda que podemos confiar en nuestro Creador.  Lo escribió el rey David al decir: …la palabra del Señor es verdadera y podemos confiar en todo lo que él hace.

También fue escrito en el libro de Hebreos al decir: Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.

Si quieres curar tu corazón, si quieres saber cómo perdonar el daño que te hicieron, cómo restaurar tu vida…   te animamos a confesar el nombre de Jesús.

14 08, 2018

EL DOLOR EN EL RING DE LA VIDA

2018-08-14T08:50:49-05:0014 agosto, 18|

He experimentado distintos tipos de dolor; y ninguno se compara con aquel que te destroza el corazón por una pérdida emocional o física. El mundo se viene encima como una avalancha que te aplasta sin compasión, viviendo un nocaut temporal; y cada que intestas reaccionar, el oponente te engancha un uppercut, seguido de un derechazo que te avisa que el round una vez más terminó.

Y ahí, con el dolor latente, en el ring de la vida tenemos dos opciones; quedarnos sumidos en la herida hasta que nos lleve a la incapacidad total de nuestros sentidos y termine con la muerte definitiva de nuestra felicidad, o levantarnos agradeciendo a Dios por lo aprendido. Ver a quienes nos hicieron daño como los maestros que fortalecieron ciertas áreas de nuestra vida, y que nos llevarán a pelear con estrategias diferentes, acertadas y efectivas en la batalla de la vida.

Pero claro, quien nos levanta del lago de dolor y la tristeza, con miras a experimentar un gozo inagotable que no lastima, es Jesucristo. No hay nada igual a sus manos sanadoras, sus palabras de aliento y su toque de amor sincero. En el silencio de una relación, sumida en estrecha intimidad, él sana, cura y seca las lágrimas del alma.

Cuando la intervención de divino y perfecto amor es el que nos sostiene; ahí podemos sonreír en medio del dolor, ahí podemos avanzar en medio de la tristeza, ahí podemos gozarnos en medio de la herida y amar aunque hayamos recibido lo contrario.

Los rounds de dolor jamás terminarán en la vida mientras caminemos en este mundo; pero son más llevaderos y menos dolorosos cuando miramos a Jesús, tomamos su mano y avanzamos con fe sin ver las circunstancias.

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