19 08, 2023

¿Está el mundo fuera de control?

2023-08-19T21:52:25-05:0019 agosto, 23|

Sí, así parece, al menos fuera de NUESTRO control, pero no de Dios. Podemos ver sus huellas digitales en todas partes. La confiabilidad y la consistencia del orden creado (amanecer y atardecer, la regularidad de las estaciones, el movimiento de los cuerpos celestes) son grandes evidencias del control de Dios. El nacimiento, muerte y resurrección de Jesucristo en el momento justo.  (Gál. 4: 4) es evidencia del control de Dios.

La mejor parte es que este Dios, el creador y el sustentador del universo no es ilusorio ni evasivo. Nos invita a conocerlo, a caminar con Él y a confiar en Él.

 

Nuestro desafío es estar dispuestos a reconocer que el control de Dios es real, mientras que el nuestro, que anhelamos y perseguimos constantemente, es ilusorio y evasivo. El control para Dios es una realidad, para el hombre, una fantasía.

¿Cómo se ha sentido estos días? Todos llevamos cargas y tensiones.

Si siente que el mundo está descontrolado, mire lo que las Escrituras dicen en Romanos 8:28. “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman”. Y Dios le ama.

Si le ha invadido el temor, es tiempo de descubrir lo que está escrito en Jueces 6:12. “El Señor está contigo!” Dios está cercano, poder confiar en El.

Si ve nubarrones en el horizonte, escriba estas palabras en una tarjeta y llévela con usted: “En este mundo afrontarán aflicciones, ¡pero anímense! Yo he vencido al mundo.  (Juan 16:33).

¿En qué se está apoyando? ¿En las circunstancias cambiantes de la vida y en su habilidad de controlarlas? o en las promesas de Dios?

Lo primero nos lleva a la desilusión, lo segundo a descansar confiados en que Dios nos dará Su paz, guía y esperanza.  Elijamos las promesas de Dios y aprendamos a ver Su mano obrando a favor de sus hijos. Él está siempre presente, atento y comprometido.

Finalmente, recordemos que Él es Dios, no nosotros. Él está en control ¡Gracias a Dios!

29 01, 2018

Los Cambios son Posibles

2019-09-09T00:12:53-05:0029 enero, 18|

Todos nosotros hemos escuchado frases como: “así nací y jamás cambiaré”, “así soy y hasta la muerte seguiré siendo lo que soy”, “genio y figura hasta la sepultura”, “me gusta como soy y no pienso cambiar”, “soy así y punto”, entre tantas otras parecidas. Excusas recurrentes de personas que están teniendo acciones incorrectas o comportamientos que están mal. Por ejemplo: arranques de irritabilidad incontenidos, dejar la ropa sucia por toda la casa, mantenerse en infidelidad, llegar tarde a todo lugar, y más.

Estas frases son definitivamente una mentira. Varios estudios, entre ellos uno realizado en 2013, por el Centro de Investigación de Oregón, publicó los resultados de un seguimiento de 40 años a 2.000 personas, demostrando que la personalidad (la forma en que pensamos, sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad) está sujeta a una serie de cambios a lo largo de la vida, sobre todo en la adolescencia y entrada en la madurez, aunque también en edades más avanzadas.

Entonces, si nuestro entorno varía y buscamos conscientemente lograr un cambio podemos conseguirlo; es tener la voluntad de querer hacerlo.  Uno puede adquirir las habilidades para ser puntuales, superar la tendencia al desorden o ser fiel al cónyuge.

Ahora, como hijos de Dios estamos llamados a no conformarnos a este mundo. Es decir, no caminar en vicios, en deleites placenteros de la carne, con egoísmos; que nos apartan de las cosas que son dignas, verdaderas, respetables, justas, puras y amables.

Estamos llamados a ser diferentes, a dejar nuestro antiguo yo, para crecer como seres humanos, como hijos de Dios, llamados a marcar el mundo con fe, esperanza y amor. Ahora, podemos contar con ayuda celestial, para lograr este cambio, si le permitimos al Espíritu Santo actuar en nuestra mente y corazón.

En vez de ser conformados a este mundo deberíamos de ser transformados. Ahora, ser transformado significa cambiar de forma, convertirse en algo diferente.  ¿Entonces cómo debería ser nuestra nuevo ser? La respuesta es simple: CRISTO. Como Pablo dice en Gálatas 4:19 “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”.

Ese cambio se lleva a cabo mediante la renovación de la mente y depende de cada uno con cuál opción vamos a programar nuestro caminar en la vida: las cosas que no tienen buen fin, que son momentáneas; o las cosas que transcienden en valores, principios y amor.  Solo se requiere de tener la voluntad y el compromiso de hacerlo.

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