Paz y el Año Nuevo
Debido a que no sabemos lo que nos depara el futuro, es posible que sintamos preocupación al inicio de un nuevo año.
Mientras la cruz se dibujaba en el horizonte, Jesús se encontró con Sus discípulos en el Aposento Alto y dijo: «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.» (Juan 14:27 DHH).
La palabra griega que Jesús usó, y que traducida corresponde a “estar preocupado o turbado” significa, además, sentirse molesto, con fastidio o confuso. Este término también se usaba para referirse al agua que ha sido agitada por un fuerte viento. Es posible que me esté diciendo: Esta es la imagen que representa mi vida.
No es simplemente el tema de la pandemia, lo que causa que nuestros corazones estén preocupados. También hay crisis con la economía, violencia, calentamiento global, el agua. Si quiere preocuparse, hay mucho que le puede mantener preocupado.
Pero hay una mejor manera de vivir: aferrarse a las promesas de Jesús. El habló y la tormenta se detuvo. Él es quien sanó a los enfermos y resucitó a los muertos.
Puede tener paz por el poder de Aquel que le otorgó este gran legado. Él se levantó de la tumba y dijo: «Porque vivo; ¡vivirás también! «Eso quita el miedo a la muerte»
La segunda razón por la que puede experimentar paz es creer las grandes promesas de Dios. Él dijo: “Nunca te dejaré ni te abandonaré”. (Hebreos 13:5).
La tercera razón por la que puede experimentar paz es que Dios, no el destino o el azar o el mal, está en control.
Quizás veamos algunas cosas como imposibles, pero el poder de Dios todo lo supera y Él es experto en hacer que las cosas sucedan. Y con esa seguridad camine en este nuevo año con paz, bondad, con la gracia y bendición de Dios.
Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús. Filipenses 4:7.