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9 04, 2023

No se trata solo del sufrimiento

2023-04-09T10:07:41-05:009 abril, 23|

No entiendo por qué, pero en la celebración de la Pascua predomina el sufrimiento. Se pone gran énfasis en el cruel castigo que Jesús soportó. La Pascua se ha convertido en una semana de lamento.

No podemos minimizar el sufrimiento físico que Jesús soportó, pero increíblemente, la impactante verdad es que éste fue un acto de amor y gracia.

No fue la ira de Dios la que puso a Jesús en la cruz, fue su amor.

La ira de Dios exigía que se hiciera un sacrificio por el pecado; el amor y la gracia hicieron que Jesús se convirtiera en ese sacrificio.

La muerte sustitutiva de Jesús fue absolutamente horrible. Él sufrió, en nuestro lugar, la ira de Dios contra el pecado. “Soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. (Heb. 12: 2 NVI).

Jesús murió sabiendo que resucitaría; sin eso, su muerte no tendría sentido. ¡La resurrección demuestra el poder de Dios, ratifica la derrota de la muerte y el pecado, y nos ofrece esperanza! Sin embargo, a pesar de este abrumador mensaje de amor, perdón y esperanza, nos limitamos a hacer de la Pascua una temporada de lamentos. No entiendo por qué.

No se trata solo del sufrimiento. La Pascua es acerca de la reconciliación con Dios, la redención del pecado, el poder de vivir vidas llenas de esperanza y la garantía de la vida después de la muerte. Eso suena como una celebración de por vida y no una semana de lamento.

Permítanme alentarlo en este tiempo de Pascua, conscientes del horror del pecado y la separación de Dios, enfoque su corazón y mente para abrazar la resurrección, la nueva vida que tiene en Cristo y modele la esperanza que Él le ha dado a todos quienes le rodean (2 Pedro 3:15). Celebre el amor, el gozo, la gracia y la paz de Dios.

Cristo ha resucitado, ¡Aleluya!

28 11, 2021

El Corazón de Dios, nuestro corazón

2021-11-28T09:51:13-05:0028 noviembre, 21|

El corazón de Dios es, según Números 14:18, «lento para enojarse y está lleno de amor inagotable». Eso suena muy bien, pero debido a que nuestros corazones no están tan inclinados a amar, es difícil para nosotros comprender por completo estas palabras. Sí, hemos visto el corazón y la mano de Dios en la historia, pero siempre eso ha parecido un poco distante. Hasta que vino Jesús.

Jesús, el Dios que se hizo uno de nosotros y vivió entre nosotros, nos ha ayudado a comprender y experimentar más plenamente el corazón de Dios. Al comprometerse con las personas, mostró amor incondicional.

La vida y el ministerio de Jesús se caracterizaron por la restauración y la reconciliación. Incluso la tristeza que experimentó cuando fue entregado para ser crucificado, fue la máxima demostración de amor y gracia.

¿Qué significa tener el corazón de Jesús? Pablo dijo que su meta más alta era conocerlo y tener comunión en sus sufrimientos (Filipenses 3:10). Pablo no fue un psicópata que encontró la auto-redención a través de la miseria. Sin embargo, se dio cuenta de que un compromiso incondicional de honrar a Dios, servirle y representarlo, a menudo incluiría, como sucedió en la propia vida de Jesús, experimentar la pérdida y el sufrimiento.

El amor auténtico no es pasivo ni permisivo. Estar dispuesto a amar como Dios ama, imitar el corazón de Dios, es un compromiso costoso y exigente. El auto sacrificio no tiene un valor redentor intrínseco a menos que esté arraigado en una pasión por Dios y por aquellos a quienes Él ha creado. Pues el amor de Cristo domina nuestras vidas. (2 Corintios 5:14). Su corazón es nuestro corazón cuando servimos y, si es necesario, cuando sufrimos el uno por el otro.

31 01, 2018

No nos justifiquemos con esta común expresión: «Dios no es bueno porque permite la maldad en el mundo»

2019-09-09T00:12:52-05:0031 enero, 18|

La tendencia del hombre ha sido eludir responsabilidades, buscar culpables, escapar de la realidad, esconderse. Cada quien es responsable de sus actos no podemos responsabilizar a otros. Si es cierto que no tenemos responsabilidad de lo que otros hagan y como reacciones ante las diferentes circunstancias, pero si somos responsables de lo nuestro y como nosotros reaccionamos.

La Biblia habla que tal cual son nuestros pensamientos tal cual son nuestros hechos, y que de la abundancia del corazón habla la boca. ¿Cuál es o cuáles son las raíces de todos los males?, por ejemplo el amor al dinero y lo que engloba, materialismo, humanismo, ambición, etc.

Dios ha puesto en nosotros conciencia del bien y del mal y nosotros tomamos las decisiones no Él. Es fácil decir: ¿Por qué lo permite? ¿Por qué no hace nada? ¿Por qué incluso mandó esto o lo otro? Recordemos lo que sucedió en el principio, cuando en Génesis nos dice la Biblia como aparece el sentido de culpa o de culpar a otro:

«La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el Señor Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer:

—¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto?

Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto —contestó la mujer—. Es solo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: “No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán”. 

Génesis 3:1-3

La mujer sabía lo que no debía hacer en su conciencia, y así nosotros sí sabemos lo que hemos hecho, lo que estamos haciendo o lo que queremos hacer, depende de lo que hay en nuestra mente, en nuestro corazón, la actitud con lo que lo hacemos y por tanto somos nosotros los que decidimos acerca de todas las cosas.

Las guerras, la pobreza muchas veces son consecuencias de nuestras acciones. En un mundo dominado por el pecado, el odio y la maldad (Romanos 3:10-18), la guerra es inevitable. Algunas guerras son más “justas” que otras, pero todas las guerras son, a última instancia, el resultado del pecado.

Quienes conocen y siguen los consejos de la Biblia están mejor preparados para enfrentarse todas las calamidades. Por ejemplo, las Escrituras recomiendan abandonar hábitos dañinos como fumar o beber alcohol en exceso. Tener esta clase de hábitos es como tirar el dinero y ocasionan problemas de salud que requieren tratamientos caros (Proverbios 20:1; 2 Corintios 7:1).

Las Escrituras también advierten de las malas consecuencias de querer tener mucho dinero (Marcos 4:19; Efesios 5:3). Quienes hacen caso de esas advertencias no lo malgastan en apuestas ni desarrollan “amor al dinero” que, como dice la Biblia “es raíz de toda clase de males” (1 Timoteo 6:10, Dios Habla Hoy). Además, contiene esta gran verdad: “No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz” (Lucas 12:15, Traducción en lenguaje actual).

Dicho en pocas palabras, la vida no se puede comprar con dinero. Pero, por otra parte, obedecer los sabios consejos de la Biblia nos ayuda a tener una vida significativa y a ser realmente felices.

Así mismo la enfermedad muchas veces es a causa del desorden en la vida y decisiones del hombre, otras veces es físico por deterioro normal del cuerpo, por vivir en un mundo o sistema corrupto o caído.

Finalmente concluimos que Dios no tiene la culpa, la humanidad decide a dónde y cómo camina, y aun así la misericordia de Dios es tan grande que no la alcanzamos a entenderla del todo. Por su gracia no hemos sido consumidos y su gracia también es ilimitada.

Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová. Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud. 

Lamentaciones 3:22-27, (RVR1960)

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