6 11, 2018

Trabajar en equipo ¿aún si me caen mal?

2019-07-07T04:53:23-05:006 noviembre, 18|

Imagínate que tienes que convivir un mes con un grupo de 15 extraños para hacer algo extraordinario en un país lejano y desconocido donde no hay internet ni forma posible de comunicarte con tu familia y amigos.

¿Qué tal si estas personas son extraños, aburridos, chismosos, molestos, sobrados, tímidos, extrovertidos?

¿Qué tal si te caen pésimo o a ellos simplemente les disgusta tu presencia? Pero aun así tienen que terminar el trabajo por el que están ahí.

Ir de misiones a las Filipinas y África bajo estas condiciones me enseño a trabajar en equipo y crear amistades de por vida.

Dos manos vs. Treinta valen la pena— la posibilidad de no entenderse bien del todo bien queda a un lado por un propósito más grande.

Tal vez ir al colegio, a la universidad o al trabajo sea algo parecido con la diferencia de poder hablar con tus seres queridos, pero al final estás rodead@ de un montón de extraños con un objetivo en común. Si te muestras amigable y sabes trabajar en equipo puedes lograr más cosas y llegar a tener amistades que nunca imaginaste.

A continuación un par de consejitos acumulados con la experiencia. Espero te sirvan.

Conoce su historia: interésate realmente por la otra persona más que por ti.

¿Por qué es cómo es? Si algo te molesta podrás ver con empatía la situación y manejarla con compasión.

Busca temas en común para entablar una conversación y así formar una amistad basada en la confianza.

Reconoce sus fortalezas para así detectar cómo en conjunto son más influyentes.

Crea una conexión de compromiso mutuo al saber que son diferentes, no barreras de comunicación, competencia o celos, sino que están juntos para Celebrar el éxito de su trabajo en conjunto.

Toma tiempo a solas, es vital hacer equipo con Dios antes que con cualquier otra persona. Él es el que nunca falla y está todo el tiempo contigo.  Disfruta el equipazo que haces con el Dueño del mundo quien pone su tiempo a tu disponibilidad.

 

ESCRITO POR: Michelle Rojas

 

6 11, 2018

GRACIAS POR SER EQUIPO

2018-11-06T09:12:48-05:006 noviembre, 18|

No cabe duda, trabajar con personas optimistas es un deleite. Te sientes reconocido, privilegiado, motivado e incluso te vuelves un optimista más.

Los resultados de trabajar con un equipo así, te puede ofrecer resultados diversos. Uno de ellos es la conexión que encuentras con las personas.  John Maxwell dice que “cuando el líder se esfuerza por conectarse con su gente, uno puede percibir en la forma en que funciona la organización”.

Un ejemplo de ello es lo que hicieron los empleados de la compañía aérea Southwest en los Estados Unidos. En 1994 los empleados de esta empresa escribieron y pagaron un anuncio de toda una página en el diario USA Today e iba dirigida a Herb Kelleher, el jefe principal de la compañía.

Lo que publicaron fueron palabras como:

¡Gracias Herb! Por recordar a cada uno de nosotros por nuestro nombre. Por saber escuchar. Por cantar en nuestra fiesta de fin de año. Por dejar que usemos pantalones cortos y zapatos deportivos para trabajar. Por ser un amigo, no sólo un jefe. Feliz día del jefe de parte de cada uno de sus 16 mil empleados.

Esto ocurre únicamente cuando se ha dado aquella conexión que cambia el ambiente de trabajo, el ambiente en el hogar, en la comunidad cristiana, o en un medio de comunicación.

Como productores y locutores de HCJB es un privilegio diario buscar esa conexión contigo.  Es un desafío que nos motiva a mejorar constantemente.  Pero sabemos que esa conexión no sería posible si no tenemos nuestros corazones unidos al Señor Soberano.

Por lo tanto, damos gracias a Dios por darnos esa oportunidad de trabajar junto a ti en equipo. Gracias por darnos la oportunidad de ser la voz amiga que camina a tu lado, cuando te levantas temprano para ir a trabajar.  Gracias por abrirnos las puertas de tu hogar y otorgarnos la posibilidad de llevar esperanza para la familia.

30 04, 2018

El trabajo no es un castigo

2019-07-07T04:53:26-05:0030 abril, 18|

Crecí pensando que el trabajo es un castigo. Este punto de vista con respecto al trabajo es común hoy en día.

Seguro has escuchado la expresión TGIF “Thank God it’s Friday” que traducido es «gracias Dios, es viernes», que hace referencia al alivio y la emoción que muchas personas sienten cuando la semana laboral junto con su rutina al fin termina. Después del fin de semana, seguro has oído comentarios como: «de vuelta a la rutina» o «el fin de semana es tan corto».

Yo me pregunto ¿por qué vemos a nuestro trabajo como una sentencia de prisión, como una carga, algo que estamos obligados a hacer y buscamos un escape rápido? Es una conclusión trágica para la mayoría de nosotros quienes pasamos la mayor parte del tiempo trabajando.

El trabajo no es un castigo. El trabajo dignifica. El trabajo es algo que Dios hace. Dios creó el trabajo para nosotros. El trabajo es parte de lo que implica ser humano.

Ahora quiero aclarar a lo que me refiero cuando digo trabajo. El trabajo claro que incluye las labores que desempeñamos en nuestros empleos y carreras, pero abarca mucho más que eso. Cuando digo «trabajo», me refiero a tus días laborables. Que incluyen el trabajo de casa como lavar los platos, cocinar, llevar a los niños a la escuela o el voluntariado en las iglesias, o la caridad e incluso el ayudar a tu abuela con algunos recados.

Cuando vemos realmente la importancia y la dignidad del trabajar, concluimos que el trabajo no solo son actividades muchas veces repetitivas, sino que es parte de nuestro llamado.

 

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