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10 01, 2019

hola

2019-01-10T16:57:18-05:0010 enero, 19|

Hola

Te llamo amigo, porque eso es lo que quiero ser conmigo mismo ahora.

Por mucho tiempo yo fui mi peor enemigo.

Fui yo el que permitió que el miedo dominara mi vida. Fui yo el que se aferró a las penas del pasado para llenar mi presente de sufrimiento. Era mi propia voz la que escuchaba en mi cabeza y que me convencía de no merecer lo bueno y que me hacía sentir menos que los demás.

Fui yo mismo el que me llené de inseguridades y dudas, de celos y resentimientos. Yo mismo afecté mi salud y mi bienestar.

En mí estaba la solución y en mí estaban las respuestas. Fui yo mismo el acusado, el juez y el verdugo de mi propia vida. Yo mismo dicté las sentencias y yo mismo me impuse castigos.

Y sin embargo….

Hoy comprendo que soy un ser humano imperfecto, pero amado por un Dios perfecto, que muchas decisiones las tomé mal, pero muchas otras fueron acertadas. Siempre traté de hacer lo mejor que pude.

Comprendo que las experiencias de mi vida me han moldeado y hoy me ayudan a crecer. Agradezco la oportunidad que he tenido de conocer personas, compartir con ellas y dejar huella.

Por eso, hoy he tomado una decisión:

Me deshago de viejos resentimientos hacia otros y hacia mí mismo.

Rompo las cadenas con las que yo mismo me até.

Hoy me amo, me acepto y acepto a mi prójimo.

Hoy aprendo de mis errores y fluyo.

Hoy admito que yo tengo control sobre mis pensamientos, sentimientos, palabras y acciones.

Entiendo que necesito la ayuda de Dios para sanar mi corazón, y volver a levantarme, y empiezo ahora mismo querido amigo; solo quería decírtelo.

 

Atentamente: La persona más importante de mi vida: YO.

 

Adaptación: El Esclavo / Francisco J. Ángel R.

11 09, 2018

AHOGA LA TRISTEZA

2019-09-09T00:12:30-05:0011 septiembre, 18|

Ayer leí un artículo escrito por el predicador español Juan Antonio Monroy con respecto a la tristeza y quiero compartir parafraseando algunas ideas que encontré.

En Ecuador tenemos motivos de sobra para sentirnos tristes.  Estamos en recesión, aumento en los índices de desempleo, bajos salarios, divorcios, conflictos familiares, enfermedades…

Algunos especialistas que han realizado estudios acerca de la tristeza, nos indican que uno de los principales efectos es que deforma la realidad. La persona triste ve la vida y la juzga de acuerdo a su prisma interior.

La tristeza conduce al pesimismo, y otro tanto puede decirse del efecto contrario: todos los pesimistas son necesariamente tristes. La persona triste se vuelve ruda y severa para con los demás, suspicaz y dispuesta siempre a dar la peor interpretación a los actos de quienes la rodean.  La tristeza paraliza el ánimo. La tristeza mata la fe y las esperanzas. La persona triste no mira hacia adelante. Lo ve todo gris, nada merece la pena. No se detiene a pensar que al final de todos los ríos está el océano.

Fuera de nuestro círculo cristiano, algunos quieren ahogar la tristeza por medio del alcohol, remedios que no sirven, placeres pasajeros.  Dios en la Biblia nos da una solución efectiva, escrita por David quien experimento tristeza.  El escribió: Lloro con tristeza; aliéntame con tu palabra. (Sal 119: 28)

Para vencer la tristeza nada mejor como colocar a Dios entre Él y nuestra vida interior. Entonces, la Palabra de Dios hará que de nuestro corazón brotará un río de agua viva que ahogará la tristeza para siempre.

4 09, 2018

EL DOLOR PUEDE LLEVARNOS A VICTORIA

2018-09-04T09:30:54-05:004 septiembre, 18|

La muerte de un ser amado, la pérdida de trabajo, la falta de recursos, el abandono de tu cónyuge, la llegada de una enfermedad…; hay tantas cosas que pueden producirnos ese dolor que se cuela entre el alma y el corazón, dejándonos paralizados. Y es normal experimentar este tipo de emociones frente a situaciones difíciles; lo que no es correcto ni acertado es mantenernos estancados en las lágrimas de la tristeza y la conmiseración.

Todas las personas a lo largo de la vida experimentamos el dolor y el sufrimiento en diversas ocasiones, pero solo los valientes nos levantamos. Aquellos que en estas situaciones miramos a Dios hallamos la fortaleza y el sostén que necesitamos para tomar el padecimiento con otra perspectiva; como la oportunidad de cambiar circunstancias, de madurar, crecer, aprender y tomar rumbos mejores.

El pasado trae muchas veces dolor, pero Dios hace nuevas cosas en nuestras vidas. Si insistimos en mantenernos y estar continuamente en el pasado no vamos a ser capaces de ver las cosas nuevas que Él ha preparado para nosotros.  Isaías 43:18-19. “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”.

Nuevas oportunidades en medio del dolor y la adversidad; esto podemos ver en Teresa Perales, nadadora paralímpica española, quien ha conseguido 22 medallas. “Lo importante es la manera en que afrontamos las cosas que van pasando”, ha señalado en varias ocasiones la deportista. “Cuando me quedé en silla de ruedas pensé que mi vida era con mi silla y que gracias a ella podía hacer grandes cosas”. Entre ellas, convertirse en la española más laureada de los Juegos Paralímpicos.

Dios nos ha dotado de todos los recursos para tomar el dolor con una actitud de victoria, está en nosotros creerlo y vivirlo así.

14 08, 2018

Detrás de cada cosa hermosa, hay algún tipo de dolor

2019-07-07T04:53:24-05:0014 agosto, 18|

Detrás de cada cosa hermosa, hay algún tipo de dolor. (Bob Dylan)

Si hubiera escuchado, esta frase hace tres años atrás, diría que simplemente es pura palabrería y que del dolor no se puede sacar nada bueno.

Conforme pasaron los años descubrí lo equivocado que estaba.

Recuerdo con precisión de detalle aquel 1 de noviembre del 2015, el sol lucía radiante y el día se prestaba para practicar cualquier tipo de deporte, así que decidí salir a jugar fútbol con mi equipo barrial, lo que no sabía era que horas más tarde estaría debatiéndome entre la vida y la muerte. Todo pasó tan rápido, un jugador del otro equipo me propinó una fuerte patada en el abdomen, lo cual produciría un hematoma hepático, termino con el cual estaría familiarizado por largo tiempo. Lo que siguió después fue una traumática serie de exámenes y transfusiones de sangre, muy dolorosas, por cierto. Algunos doctores decían que el cuadro era muy complicado y que no se podía hacer nada más que esperar. En ese preciso instante no entendía que pasaba, todos los planes de vida que tenía se vinieron abajo, aún tenía muchas cosas que hacer, sueños que cumplir, aquel momento fue el más oscuro de mi vida, y me marco de una manera que jamás olvidaré. Lo que me ayudo en aquellas circunstancias, fue detenerme a leer la historia de Job, él sufrió de todo, sus hijos se murieron, siendo el hombre más rico de la época terminó en la calle, su esposa no lo amaba, aquel hombre sabía verdaderamente que era el dolor, pero aún así, nunca renegó y siempre bendijo a Dios, además aprendió muchas lecciones en su etapa de sufrimiento.

“Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.” (Job 1:21-22) (NTV)

Sin temor a equivocarme se que por lo menos una vez en toda nuestra existencia, todos vamos a experimentar el dolor, depende de cada uno la manera en que abordemos el sufrimiento. Aunque no lo crean el dolor puede ser un excelente maestro.

Ahora cuando miro atrás, recuerdo todo esto con tranquilidad y entiendo que aquel dolor me hizo replantear mi vida y fue un detonante para el mi crecimiento espiritual y de pensamiento, además, me ayudó a creer verdaderamente en Dios.

Tal vez tú estés pasando por momentos difíciles, se que es duro ver el lado positivo cuando existen muchas circunstancias adversas, no te olvides que Dios está en todo este proceso, tal vez no lo escuches, pero está ahí. Te aseguro que en unos años mirarás atrás y podrás ver tu cicatriz del alma o del cuerpo y recordarás todo, con mucha paz.

 

ESCRITO POR: David Paredes

 

8 01, 2018

No dejemos que las emociones nos controlen

2019-09-09T00:15:36-05:008 enero, 18|

Ansiedad, miedo, frustración, tristeza, preocupación. Seguro te identificas por lo menos con una de estas emociones… ¡Pues yo sí, con todas ellas!!!

Al iniciar el año, las personas a tu alrededor están enfocadas en plantear metas respecto a la salud, estudios, área financiera, etc. Ahora te invito a pensar en tu parte emocional, quizá necesitamos alcanzar una meta en esta área que está llamando nuestra atención desde hace mucho tiempo, ¿te animas a hacerlo?

Comencemos por reconocer que somos vulnerables a fallar. No existe una escuela que nos enseñe sobre la maternidad y aunque es indispensable que invirtamos tiempo en la lectura sobre los temas que nos desafían, únicamente sobre la marcha vamos a poner en práctica lo que hemos aprendido, y aún así, podemos equivocarnos una y otra vez

Aprender las lecciones que nos enseñan nuestros hijos, son ellos los que nos dan siempre un gran ejemplo de humildad y perdón. Es necesario que nos mantengamos en comunicación con nuestros hijos todo el tiempo para que vean a mamá siendo real, de esa misma manera, pedirles perdón nos permite mostrarnos tal como somos.

No podemos desconectarnos de Dios, el hacerlo es un riesgo muy alto para nosotras y nuestra familia. Estas emociones negativas nos desgastan más que el cansancio físico y vivimos cansadas todo el tiempo. Debemos aprender a depender de Dios, es nuestra fuente de energía.

Aseguremos inspirar la vida de nuestros hijos, de manera que nuestro actuar les lleve a amar a Dios, ellos están creciendo mirando cada cosa que hacemos y necesitamos dejar una huella en sus vidas, una huella que les lleve a la eternidad.

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