Porque Él vive triunfaré mañana
En mi niñez crecí cantando himnos en la iglesia. Uno que ha soportado la prueba del tiempo y que solíamos entonarlo el Domingo de Resurrección es: Porque Él vive, escrito por Bill y Gloria Gaither. El coro dice:
“Porque Él vive triunfaré mañana, porque Él vive ya no hay temor, porque yo sé que el futuro es suyo; la vida vale más y más solo por Él”.
Es que la resurrección de Cristo nos da todas las razones para vivir en victoria, sin temores y con confianza de que nuestro futuro está en las manos de Dios.
Pero ¿qué más significa la resurrección de Cristo?
Es la certeza de nuestra fe y de que el evangelio es verdadero. Pablo dijo en 1 Corintios 15:3, 4: “Cristo murió por nuestros pecados tal como dicen las Escrituras. Fue enterrado y al tercer día fue levantado de los muertos, tal como dicen las Escrituras”.
Pablo explica que la resurrección no es solo una parte fundamental del evangelio, sino que es el pegamento que sostiene cada parte del evangelio. Sin la resurrección, los cristianos creeríamos en vano y no tendríamos esperanza de la vida eterna. Pero Cristo ha resucitado y ahora tenemos la esperanza del perdón de nuestros pecados, el derecho de estar bien delante de Dios y la vida eterna por medio de Cristo.
La resurrección de Jesucristo es nuestra promesa de que la vida que vivimos no es en vano. Nuestras vidas tienen un propósito más allá de los años que pasemos en la tierra, porque el Dios vivo nos ha prometido que nuestras inversiones en la eternidad no volverán vacías.
Porque Jesús venció la muerte y debido a nuestra fe en Él, ahora anticipamos la victoria sobre la tumba. El triunfo de Jesús sobre la muerte nos da el valor de soportar todas las pruebas temporales y la sabiduría para saborear todas las delicias terrenales. Su victoria sobre la muerte nos asegura que nada está demasiado muerto como para que Él no pueda revivirlo. Así que, cualesquiera que sean nuestras circunstancias, podemos estar seguros de que los mejores días están por llegar.
Y, finalmente, cuando llegue el momento de cruzar el río, no tendremos miedo de nuestra propia muerte como lo expresa la última estrofa del himno:
“Yo sé que un día el río cruzaré, con el dolor batallaré; y al ver la vida triunfando invicta, veré gloriosas luces y veré al Rey”.
Que nuestra fe en el Cristo resucitado llene nuestros corazones de esperanza, y aunque todo en la tierra se vuelva en nuestra contra, recordemos que todo en el cielo está a nuestro favor.
“Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte.” Job 19:25.
MDC/ag