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28 05, 2019

No más excusas

2019-08-23T12:00:47-05:0028 mayo, 19|

En un mundo en donde las excusas se volvieron parte del diario vivir, cualquier acción por más pequeña que sea, supone un cambio.

Tantas veces me había bastado poner una excusa para sentirme mejor o simplemente para no hacer algo que debo. Y era tan natural echar la culpa de mis fracasos a mi falta de oportunidades, tiempo, dinero, cualquier otro factor. De manera que siempre terminaba procrastinando todos mis proyectos o simplemente nunca empezaba nada.

Con el pasar de los años entendí que un objetivo se consigue trabajando duro, fracasando y volviendo a fracasar.

Cada día trato de no usar excusas, de ser más eficaz. Admito que me resulta difícil. Y quiero compartir contigo las excusas que alguna vez he usado, y que ahora trato de evitarlas completamente:

  • No tengo dinero
  • Estoy muy cansado
  • Desde el próximo lunes
  • No creo que pueda hacerlo
  • Es muy difícil
  • Estoy esperando el tiempo de Dios
  • Necesito orar más
  • Tengo miedo

Si te identificas con alguna de estas excusas, no hay problema, creo que son universales. Pero es tiempo, querido amigo, de cambiar, avanzar, de ser intencionales y hacer que las cosas pasen. Es difícil, lo sé, pero Dios no nos hizo para postergar nuestras responsabilidades sino para crecer y ayudar a crecer a otros. Recuerda que:

Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.

2 Timoteo 1:7

David Paredes.

29 01, 2018

Los Cambios son Posibles

2019-09-09T00:12:53-05:0029 enero, 18|

Todos nosotros hemos escuchado frases como: “así nací y jamás cambiaré”, “así soy y hasta la muerte seguiré siendo lo que soy”, “genio y figura hasta la sepultura”, “me gusta como soy y no pienso cambiar”, “soy así y punto”, entre tantas otras parecidas. Excusas recurrentes de personas que están teniendo acciones incorrectas o comportamientos que están mal. Por ejemplo: arranques de irritabilidad incontenidos, dejar la ropa sucia por toda la casa, mantenerse en infidelidad, llegar tarde a todo lugar, y más.

Estas frases son definitivamente una mentira. Varios estudios, entre ellos uno realizado en 2013, por el Centro de Investigación de Oregón, publicó los resultados de un seguimiento de 40 años a 2.000 personas, demostrando que la personalidad (la forma en que pensamos, sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad) está sujeta a una serie de cambios a lo largo de la vida, sobre todo en la adolescencia y entrada en la madurez, aunque también en edades más avanzadas.

Entonces, si nuestro entorno varía y buscamos conscientemente lograr un cambio podemos conseguirlo; es tener la voluntad de querer hacerlo.  Uno puede adquirir las habilidades para ser puntuales, superar la tendencia al desorden o ser fiel al cónyuge.

Ahora, como hijos de Dios estamos llamados a no conformarnos a este mundo. Es decir, no caminar en vicios, en deleites placenteros de la carne, con egoísmos; que nos apartan de las cosas que son dignas, verdaderas, respetables, justas, puras y amables.

Estamos llamados a ser diferentes, a dejar nuestro antiguo yo, para crecer como seres humanos, como hijos de Dios, llamados a marcar el mundo con fe, esperanza y amor. Ahora, podemos contar con ayuda celestial, para lograr este cambio, si le permitimos al Espíritu Santo actuar en nuestra mente y corazón.

En vez de ser conformados a este mundo deberíamos de ser transformados. Ahora, ser transformado significa cambiar de forma, convertirse en algo diferente.  ¿Entonces cómo debería ser nuestra nuevo ser? La respuesta es simple: CRISTO. Como Pablo dice en Gálatas 4:19 “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”.

Ese cambio se lleva a cabo mediante la renovación de la mente y depende de cada uno con cuál opción vamos a programar nuestro caminar en la vida: las cosas que no tienen buen fin, que son momentáneas; o las cosas que transcienden en valores, principios y amor.  Solo se requiere de tener la voluntad y el compromiso de hacerlo.

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