Zaqueo me enseño 9 cosas (parte 3)
- Zaqueo esta gozoso y recibe a Jesús en su casa (Lc 19: 6). Es impresionante todo lo que Zaqueo hizo, el conocía su situación. La gente incrédula sabe su condición espiritual y nosotros no tenemos derecho a señalarlos, nuestra obligación es amarlos, sanarlos, abrazarlos, dejar de imponerles reglas humanas pues de esa manera podrán ver a Jesús en nosotros.
Jesús sabía muy bien lo que Zaqueo era y representaba, pero no lo juzgó más bien lo amo y fue a su casa y ceno con él.
Zaqueo no busco una excusa como otros lo harían “Señor, mi casa no está arreglada, los sirvientes aún no han llegado, no hay quien cocine”. Más bien le dice “vamos maestro” y en el camino iban conversando de lo que comerían “Maestro dime, quieres una lasaña o una parrillada o un ceviche pues hago los mejores, dime ¿Qué quieres?
Zaqueo estaba contento, saltaba parecía un niño con juguete nuevo o un niño que juega con su padre o su tío favorito.
- Zaqueo cambia su forma de pensar (Lc 19: 8). La palabra arrepentirse significa “cambiar mi manera de pensar en cuanto a: el pecado, un problema, quien soy etc, etc, etc”. Cuando cambiamos nuestra forma de pensar nos estamos arrepintiendo, arrepentirse no es como muchos lo dice “da la media vuelta y sigue”, podemos dar la media vuelta, pero si no cambiamos nuestra forma de pensar seguiremos siendo lo mismo.
Todo lo que yo percibo, juzgo, interpreto o hago está en nuestras mentes, si nuestra mente cambia percibiremos, dejaremos de juzgar, interpretaremos y actuaremos de otra manera.
¿Quién puede cambiar nuestra forma de pensar? Solo Dios.
- Zaqueo muestra el cambio (Lc 19: 8). Cuando cambio su forma de pensar o su ser interno, cuando se vistió con nuevas ropas, fue diferente, al hacer esto le dice a Jesús que daría a los pobres la mitad de sus bienes (Zaqueo se despoja) y que devolverá cuatro veces lo robado (Zaqueo obedece a la ley).
Mostro un cambo genuino, no le importaba lo que la gente le diría o lo que su familia le diría.