Cuando las emociones llegan nuestros pensamientos las rechazan, pero Dios nos regaló las emociones como una señal de vida, de humanidad pero también un puente de conexión con Dios.
Cuando las emociones llegan nuestros pensamientos las rechazan, pero Dios nos regaló las emociones como una señal de vida, de humanidad pero también un puente de conexión con Dios.