Carta a mi hij@ adolescente
Querid@ hij@:
Aprovecho esta carta para contarte algunas cosas que me hubiera gustado saber a tu edad, o incluso algunos años más tarde. Quiero que sepas que te quiero mucho y que pienso cada día en ti. Estás siempre presente en mis pensamientos, en mis sueños y en mi corazón.
Quiero que sepas también, hij@, que me siento orgulloso de ti, de quien eres y de la persona en la que te estás convirtiendo. No sé cuándo será la próxima vez que podamos hablar, que podamos vernos. Pero en cualquier caso quiero decirte algunas cosas ahora, pensando que pueden ayudarte en la vida, porque aprenderlas me ayudó a mí.
- Busca siempre en tu interior, dentro de ti, para saber qué es lo que te gusta hacer en esta vida. Nunca sabemos el tiempo que vamos a vivir, pero sea el que sea, es más limitado de lo que crees ahora. ¿Cómo se busca dentro de uno? Pues, por ejemplo, dedicando tiempo para pensar y reflexionar tú sol@ sobre tu vida y sobre lo que deseas.
- Haz siempre aquello que te apasione, aquello que te haga vibrar, incluso aunque a papá y mamá no nos guste mucho. Vive tus sueños, nunca los de nadie más, porque ese es el secreto para una vida plena y feliz.
- Sirve a los demás. Una vida en plenitud es una vida de servicio. Ayuda y apoya a otros, entrégate a aquello que haces, sea lo que sea. Actúa con generosidad, conectado con tu propósito, porque nadie recibe más que aquel que contribuye sin esperar nada a cambio.
- No te tomes nada demasiado en serio, ni siquiera a ti mismo. Diviértete y ríete, también de ti mismo. Sobre todo cuando te equivoques o cometas errores.
- Ocúpate de las cosas que dependen de ti (¡no son muchas, pero son las más importantes y más que suficientes!) y no te preocupes de las que no dependen de ti, de aquellas que no puedes controlar.
- Quiérete sin excusas. Sé siempre amable, respetuos@ y amoroso contigo mism@, incondicionalmente cariño.
- Arriésgate, hij@. Atrévete a hacer cosas que te dan miedo, que te desafían en tus creencias, que no sabes si las lograrás hacer o directamente crees que no las puedes hacer. Siempre es mucho mejor intentar algo y arrepentirse después si no se consigue, que no hacerlo y arrepentirse por no haberlo intentado.
- Lee cada día, aunque sea un poco. Leer es vivir otras vidas. Leer te ayuda a pensar mejor, a saber mejor quién eres y quién puedes llegar a ser. Leer te hace libre y grande: abrir un libro para leerlo es como abrir tus alas.
- Sobre todo, busca siempre a Dios, Él te formó desde el vientre de tu madre, quiere lo mejor para ti y te ama incondicionalmente, y nunca olvides que yo te amo y siempre lo haré.
Eres mi hij@ del alma y siempre lo serás, y no hay nada ni nadie en el mundo que pueda cambiar eso. Estaré siempre disponible para ti, para guiarte, apoyarte o ayudarte, para todo lo que tú necesites.
Cuídate.
Tomado y adaptado: Pablo Tovar- Coach