Reportaje: Fundación Pan de Vida
Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed. Esta frase que citaba un texto bíblico se encontraba pintada al filo de unas gradas aledañas al patio de la fundación llamada “Pan de Vida”. En la cocina aproximadamente 10 personas voluntarias trabajaban arduamente para preparar un almuerzo a personas de escasos recursos que hacían fila para ser parte de los beneficiarios de esta entidad.
Oscar Aguirre, director ejecutivo y fundador comenta que la organización nació gracias a la sensibilidad que le ocasionó al ver a niños de la calle necesitados de comida debido a la crisis local y seguido por un gran apoyo de misioneros cristianos.
Una de las metas de la Fundación Pan de Vida es servir y ayudar a personas de escasos recursos por lo tanto se enfoca en varios grupos vulnerables: Niños o adolescentes en la calle, madres solteras, mendigos y familias que están bajo línea de pobreza.
Además de dar alimento a los grupos mencionados la entidad pone a su disposición varios programas de educación, donación de ropa, jornadas de salud pública, talleres de mejoramiento de hogares, entrega de útiles escolares, eventos de actividades de verano, ayuda en momentos de emergencia social y emprendimientos. Este último tiene como énfasis apoyar a las personas que asisten a la fundación en busca de trabajo, ayudándoles a crear micro y medianos emprendimientos y a fortalecerlos con contenidos de administración y asesoramiento gratuito.
Para estos talleres la fundación crea alianzas con diferentes entidades privadas, por ejemplo, un banco privado por medio de un vocero asesora a los beneficiarios acerca de los usos de créditos antes de emprender.
La fundación Pan de Vida cuenta con la ayuda voluntaria de 80 personas que asisten semanalmente a involucrarse en todas las actividades.
El impacto social que la fundación genera es el de servir aproximadamente 1000 comidas mensuales, distribución de 1700 fundas de víveres por año, la donación de zapatos y útiles escolares, la provisión de asistencia médica y monitoreo de salud para más de 200 personas bajo la línea de pobreza.
Casi 19 años después de que Oscar Aguirre decidió fundar esta organización como respuesta a una demanda social la misma ha logrado impactado de manera positiva, ayudando, sirviendo y alimentando a miles de personas que se acercan por un poco de comida y logran llevarse pan y paz en medio de su estado de vulnerabilidad. Es una noticia que trae esperanza.